miércoles, 21 de octubre de 2009

En defensa de Obama

Por: Jorge Pizarro

Transcurridos ya muchos días desde que la Academia le otorgara el Premio Nobel de la Paz al Presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, la extrema derecha internacional ha perseverado en sus ácidas críticas contra esta decisión, relanzando una ola de ataques destemplados en contra de su figura y su acción política. Desde una perspectiva desapasionada y desideologizada, podemos señalar que este líder mundial ha logrado, en muy poco tiempo, un acentuado cambio de actitud en temas fundamentales de la política a escala global y, a la vez, ha dado los primeros pasos para cumplir efectivamente con el programa de gobierno que la ciudadanía respaldó en las elecciones del pasado mes de noviembre.

En efecto, gracias a las señales claras y acciones concretas emprendidas por Obama, hoy apreciamos un nuevo clima en la política internacional, caracterizado por el reimpulso de la diplomacia multilateral, lo que se ha traducido en un rol pro-activo y dialogante de los Estados Unidos en el contexto de Naciones Unidas y otros organismos y, particularmente, por un discurso más constructivo y flexible en temas particularmente sensibles para el destino de la humanidad como son el cambio climático, el desarme y la desnuclearización.

A nivel nacional, Obama ha enfrentado una odiosa campaña de desprestigio por parte de un verdadero cartel, conformado por políticos de derecha, poderes fácticos, empresas transnacionales, organizaciones “defensoras de la moral” y toda clase de grupos ultraconservadores, por el sólo hecho de hacer cumplir la voluntad expresada, muy mayoritariamente, por los propios norteamericanos en las urnas. Su lucha por hacer realidad un sistema de salud que proteja a los casi 50 millones de norteamericanos que no pueden acceder a los seguros privados, ha merecido toda tipo de insultos y descalificaciones y ni hablar de su decidida defensa de los derechos de las minorías. En todo caso, es el precio que en toda sociedad, deben pagar quienes llevan a la práctica los ideales de equidad social, respeto a la diversidad y libertad creadora.

La valentía, coraje y consecuencia de un político como Barak Obama, constituye un paradigma esencial para lo servidores públicos de cualquier país. Lo que la Academia ha premiado son estos principios universales y la voluntad de ponerlos en práctica, muy a pesar de los reaccionarios del mundo.

Fuente: La Tercera

No hay comentarios: