jueves, 20 de agosto de 2009

UNASUR, Uribe y Chávez: El 28 en Bariloche

Por: Cristian Leyton Salas

Si alguien se preguntaba para que serviría el UNASUR y el Consejo de Defensa Sudamericano, este 28 de agosto en la ciudad Argentina de Bariloche lo sabremos. El despliegue de fuerzas estadounidenses en el espacio sudamericano no es un tema cerrado, todo lo contrario, genera aprensiones reales, pero también se ha constituido en el chivo expiatorio de intereses ideológicos que ven en dicha nueva presencia una ventana de oportunidad para buscar el alejamiento definitivo de los EE.UU. de la región.


Pero, cuidado, que este encuentro, en donde existe un consenso en torno a la necesidad de retornar al dialogo “franco” en la región, puede abrir un Caja de pandora en torno a temáticas que para algunos países puede resultar incomodas como son los procesos de adquisición de material bélico. Transparentar intenciones y políticas declaratorias, capacidades y planificaciones que impliquen alianzas con “agentes externos” seguramente formará parte del debate. No solamente la "presencia" de los EE.UU., sino que también de Irán y de Rusia.



Para Colombia esta ocasión le permitirá, de toda evidencia, debilitar el proceso de acorralamiento geoestratégico del cual es objeto por parte de los países del ALBA, en particular Ecuador y Venezuela. La presencia estadounidense no sólo debería servir a los intereses colombianos en su lucha contra la guerrilla, sino que también es percibida como un actor de estabilidad frente a una Venezuela que con una retórica militarista y políticamente "expansionista" se arma a pasos agigantados, pero que no está sola en dicho proceso. Brasil también.



Esta ocasión será, sobretodo, clave para comenzar a resolver en forma definitiva la problemática de las FARC, fuente aparente de todos los males de la zona norte de América del Sur. Es claro que esta guerrilla no solo recibe respiración artificial proveniente del narcotráfico, sino que también por el apoyo indirecto que recibe del régimen chavista venezolano y por la mirada complaciente del ecuatoriano. Dejar en claro que esta guerrilla no recibirá el status de grupo "beligerante" será un gesto clave para la cancillería colombiana. A cambio, el mandatario Uribe deberá clarificar la presencia estadounidense, entregando garantías que sus capacidades operativas no estarán asociadas al interior de una política de “ataque preventivo” en el espacio limítrofe colombiano. Más aún. Colombia deberá renunciar explícitamente a la lógica de la “extraterritorialidad” de su seguridad. La aplicación de la postura de defensa israelí en Sudamérica no es bienvenida.


Desde el punto de vista político y diplomático, Argentina, está logrando con esta reunión reintegrarse al liderazgo regional. Brasil, cediendo algo de espacio, pero adoptando una postura de “arbitro” que tiene cierta simpatía por la postura chavista. Por otro lado, Chile liderando tibiamente aquel grupo de países que “respetan” la decisión colombiana (junto con Uruguay, Perú y Paraguay), versus aquellos que la condenan (Bolivia, Ecuador y Argentina).Una polarización que también debe ser suavizada, pero que es funcional a estas dos creaciones brasileñas por cuanto le entregan un leit motiv lo suficientemente poderosos como para afirmar que Sudamérica la necesitaba hace mucho tiempo.


La temida politización de estos organismos de seguridad regional parece estar resuelta por el surgimiento de un determinado y específico equilibrio de poder. !Bienvenido sea!, siempre y cuando haga más previsible el futuro de las relaciones politico-militares sudamericanas.

Fuete: La Tercera

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