lunes, 6 de abril de 2009

La revisión del financiamiento del FMI

Por: Dominique Strauss-Kahn

El Fondo Monetario Internacional debería ser un puerto de escala esencial para los países de mercados emergentes y en desarrollo que enfrentan necesidades financieras. Con su capacidad para movilizar importantes recursos financieros y afianzar la credibilidad política, el FMI puede ayudar a mitigar los grandes costos económicos y sociales muchas veces asociados con las crisis. En este contexto, el mundo se ha reunido en medio de la crisis para revisar radicalmente el marco para el otorgamiento de préstamos por parte del FMI.

Ahora y en el futuro, el mundo necesita que el FMI responda de manera flexible y efectiva a las necesidades de sus miembros. Primero y principal, si han de marcar una diferencia, nuestros paquetes de financiamiento deberían ser lo suficientemente grandes en relación a la dimensión del problema. Por otra parte, la ausencia de un fondo de seguro del FMI con términos aceptables ha sido una brecha importante en la arquitectura financiera global, especialmente para las economías de mercados emergentes más dinámicas. Esto es así a pesar de toda la evidencia existente sobre el valor de un pronto acceso al financiamiento del FMI, antes de que una situación difícil se deteriore y se convierta en una crisis.

Es más, mientras sigue siendo esencial vincular las condiciones de política a los programas respaldados por el FMI, éstas deberían concentrarse lisa y llanamente en solucionar los problemas críticos de un país, de manera que las condiciones sean relevantes y no impertinentes.

Con el respaldo de nuestros miembros, estamos implementando importantes reformas a nuestras políticas de préstamo que alentarán a los países a acercarse al FMI tempranamente, antes de que las crisis se vuelvan severas y prácticamente indómitas.

Primero, las condiciones de política asociadas con el futuro financiamiento del FMI estarán mejor adaptadas a las circunstancias del país. Una nueva Línea de Crédito Flexible ofrece financiamiento de alto volumen -incluso antes de que haya estallado una crisis- sin ninguna condicionalidad de política ex post para los países calificadores con fundamentos económicos y marcos de política sólidos. Algunos observadores han catalogado al nuevo instrumento de "préstamo fácil", aunque son pocos los países que cumplen con los criterios de calificación los que considerarían que sus aciertos de políticas -y su compromiso para mantener ese historial- son "fáciles". Para otros, la condicionalidad se concentrará más estrechamente en áreas centrales, y las condiciones "estructurales" que requieran medidas legislativas dificultosas serán juzgadas de manera menos ortodoxa.

Segundo, para aquellos que no califiquen para el nuevo instrumento, el caballito de batalla del Fondo en materia de préstamos, el Acuerdo Contingente, será más flexible en varias dimensiones. Estas incluyen facilitar un alto acceso al financiamiento incluso antes de que se materialice una crisis y permitir que los desembolsos tengan una mayor carga de entrada.

Tercero, el volumen disponible de financiamiento por parte del FMI se está incrementando sustancialmente. Los límites normales respecto del acceso a los recursos del FMI se están duplicando -un desarrollo coherente con el creciente consenso de que la capacidad de financiamiento del Fondo necesita al menos duplicarse dada la gravedad de esta crisis-. Esto es extremadamente importante, ya que pocas cosas son tan fatales para la credibilidad de un paquete de políticas como un financiamiento insuficiente.

En conjunto, estas medidas abordan los problemas medulares -el estigma asociado en el pasado con la condicionalidad del FMI, la disponibilidad de un pronto financiamiento antes de una crisis y el volumen general de los paquetes de rescate- que muchas veces mermaron la efectividad del papel del Fondo como un prestador en tiempos de crisis. Los mercados emergentes que se acerquen de inmediato al FMI en busca de un financiamiento pre-crisis encontrarán refugio de los vientos del desapalancamiento global, lo que a su vez ayudará a contener la propagación de la crisis.

El FMI ya tomó prontas medidas para ayudar a muchos de nuestros países miembro en estos tiempos de crisis, como por ejemplo protegiendo el gasto social para amortiguar el impacto de la crisis sobre los más vulnerables. Las reformas de financiamiento adoptadas esta semana nos permitirán ser aún más flexibles y sensibles a la hora de asistir a más países.

Al mismo tiempo, estas reformas son sólo una parte de un plan de mayor envergadura destinado a renovar el FMI. Todavía en proyecto hay iniciativas para aumentar el préstamo concesional a países de bajos ingresos afectados por la crisis, fortalecer la vigilancia del Fondo y la pronta capacidad de advertencia, y mejorar su estructura de gobernancia de manera tal que se reconozca el papel más importante de los países de mercados emergentes en la economía mundial.

Albergo la esperanza de que se emprenda una mayor acción en todas estas áreas en los próximos meses. En conjunto, constituyen un punto de inflexión en la manera en que funciona el FMI y le permitirán ser de más ayuda para sus miembros a nivel global.

Fuente: www.project-syndicate.org

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