viernes, 26 de septiembre de 2008

Decálogo para un posible resultado electoral

Por: Jorge Navarrete

Se acabó la juerga de fiestas patrias. A juzgar por la evaluación de los fonderos, la inflación no hizo mella en al ánimo dieciochero de las chilenas y chilenos “todos”. Lo bailado, comido y chupado, no lo quita nadie. Lo que si costará olvidar son las deudas, la guata y la resaca. Como si fuera poco, otra pesadilla se nos avecina: la campaña municipal.

Quizás como nunca, nos invadirán una multitud de frases y slogan, carteles, palomitas, propaganda radial y llamadas telefónicas. Los candidatos irrumpirán en el espacio público y también en el privado (nada más desagradable que ser víctima de un puerta a puerta). Tendremos varios programas de televisión y demasiadas crónicas en la prensa escrita.

Quizás como siempre, en la noche del 26 de octubre todos se declararán ganadores de la contienda electoral. Seremos testigos del habitual ritual que acompaña a frases como “asistimos a una muestra de madurez cívica”, “hemos salido fortalecidos” o “la ciudadanía nos ha renovado la confianza”. En efecto, todos se darán maña para interpretar los resultados a su mejor arbitrio: algunos pondrán el énfasis en la cantidad de alcaldes o concejales; otros destacarán la suma total de los sufragios; habrá quienes comparen con los resultados anteriores; o simplemente no faltarán los que celebren haber retenido o usurpado alguna comuna en particular.

Como no podía ser menos, y faltando casi un mes para el día “D”, el pronóstico de este modesto abogado es el siguiente:

1) La Concertación de Partidos por la Democracia será la coalición que más votos obtenga en la próxima elección y además superará a la Alianza por Chile en número de alcaldes y concejales (¡vaya novedad! Nada muy temerario como pronóstico).

2) Con todo, y en relación a los resultados de la elección municipal del año 2004, el oficialismo experimentará una relevante merma electoral. De esta forma, la Concertación bajará su votación universal (medida según los sufragios emitidos para la elección de concejales) de 48% a 44%. Además, perderá entre 20 y 25 alcaldes, y entre 100 y 120 concejales (¡eeepa! Ahora la cosa se pone más interesante).

3) Dicha baja electoral será capitalizada en forma pareja por los otros pactos y partidos. La Alianza por Chile alcanzará un 40% de la votación (2 puntos más que los comicios anteriores), mientras los independientes obtendrán un 6% y los comunistas un 10%. (¡escúchanos señor te rogamos!).

4) En lo que se refiere a las comunas emblemáticas, Santiago pasará a manos de la Concertación ya que Ravinet le ganará a Zallaquet en fallo fotográfico; mientras La Florida permanecerá en manos de la UDI ya que Hasbun será su nuevo alcalde. También se mantendrá Cornejo en Valparaíso (no sin pasar un buen susto) y en Estación Central, de no mediar un pacto entre la DC y el PC, seguirán flameando las banderas del gremialismo (me van a retar por este pronóstico).

5) Con excepción de lo que suceda en Recoleta, no habrá sorpresas en ninguna de las comunas donde a los alcaldes de la Alianza por Chile se les vinculó en casos de corrupción: Plaza arrasará en Huechuraba, lo mismo que Sabat en Ñuñoa y Reginato en Viña del Mar (¿el que la hace la paga?).

6) Se mantendrán las grandes mayorías capitalinas. Así por ejemplo, estarán al borde del 60% de los sufragios (o derechamente superarán ese porcentaje) los alcaldes Torrealba en Vitacura, De la Maza en Las Condes, Pavez en La Pintana, Puyol en Macul, Achurra en Paine, Ossandón en Puente Alto, Labbé en Providencia, Carrasco en Pudahuel y Orrego en Peñalolén (¡se siente, se siente, Orrego Presidente!).

7) Con todo, habrá novedades internas. En la baja global que experimente la Concertación, especialmente dura será la situación del PRSD y PPD, quienes después de haber impulsado la idea de las dos listas, serán los principales perjudicados como resultado de tan ingeniosa ocurrencia. En la DC, la situación no estará para tirar cohetes y también experimentará una baja de su votación del orden del 3%. En las huestes progresistas, sólo el PS habrá sorteado con relativo éxito los próximos comicios electorales (Pepe… te andan buscando… y no para saludarte).

8) En la oposición, la mayor votación general de la Alianza por Chile estará acompañada de un dato sabroso: se estrechará la distancia que la UDI mantiene sobre RN (acercándose al empate técnico), lo que dará pié a todo tipo de especulaciones respecto del rol que Piñera debe jugar como candidato presidencial de esa coalición (¿llego la hora de la venganza?).

9) Aunque subirá la votación de los independientes, decepcionará el resultado de los nuevos referentes políticos que tanto ruido han hecho durantes estos meses. Más allá de elegir a varios concejales, tanto para el PRI como ChilePrimero este será su último respiro antes de la próxima elección parlamentaria, fecha de su defunción definitiva (son como los yogurt… tienen fecha de vencimiento).

10) Existe una gran duda respecto de la participación electoral. De hecho, es probable que cierto hastío de los ciudadanos con la clase política pueda acrecentar la abstención, el voto en blanco y nulo (este último, con innumerables referencias a la jerga criolla, el Transantiago y el aparato reproductor masculino).

Dicho todo lo anterior, y de cumplirse estos arbitrarios y poco científicos vaticinios, juzgue usted: ¿quien ganará las próximas elecciones municipales?

Fuete: www.theclinic.cl

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