miércoles, 15 de julio de 2009

EL REGRESO DEL AGUILA


Han pasado ya tres semanas de ocurrido el Golpe de Estado en Honduras y sólo hasta ahora empiezan a verse los reales intereses que motivaron el mismo. Era sorprendente que los usurpadores del poder (bestias de civil y uniformadas) de esta nación pequeña y pobre, ni se inmutaran ante el rechazo unánime manifestado por todos los organismos multilaterales del mundo ante una situación que creíamos erradicada de nuestro continente. Era sospechoso que frente a resoluciones de condena por parte de la ONU, la OEA, UNASUR, ALBA, los No Alineados y la UE, los golpistas radicalizaran su posición y continuaran agregando delitos a la ya larga lista que supuestamente había cometido el Presidente Zelaya (sólo le falta ser acusado de pedófilo y cómplice de Bin Laden). Ninguno de los muchos argumentos utilizados para justificar el Golpe de Estado fue admitido por la comunidad internacional. La misma que ahora es testigo cómplice de la legitimación de dicha situación por parte de los Estados Unidos, quien en un principio rechazó tímidamente el golpe y respaldó al Presidente Zelaya, ahora sienta en la misma mesa a los golpistas, al Presidente Zelaya y a un tercer mandatario, rompiendo el “simbólico” bloqueo político que muchos países habían establecido contra los usurpadores.

Sólo hasta ahora ha venido a develarse el nexo entre el Golpe de Estado hondureño y el partido republicano, hogar de los ultraconservadores norteamericanos, los de la asociación nacional del rifle, que legalizaron la tortura y la muerte de civiles, los que diseñaron y fabricaron las pruebas que justificaron las invasiones a Afganistán e Irak. Los mismos con los que el presidente Obama evita entrar en contradicción para poder gobernar. Los mismos que deben estar festejando junto a los usurpadores el apoyo brindado por la secretaria de estado norteamericana al legitimarlos internacionalmente cuando los reconoció como parte política con la que se debía negociar y los sentó con dos Presidentes constitucionalmente elegidos, pasando sobre la OEA. Era extraño que la embajada de los Estados Unidos no se hubiera enterado de los planes golpistas, cuando participaba en las reuniones que sostenía el Presidente Zelaya con los usurpadores días antes del golpe, reuniones motivadas por la incomodidad que generaba una consulta popular. Era extraño que los Estados Unidos no utilizaran la misma energía y recursos para bloquear a los golpistas hondureños como sí lo hace desde hace décadas con Cuba.

Lo que el tiempo nos muestra, es que el Golpe de Estado en Honduras tuvo fuertes motivaciones ideológicas, que en gran medida fue auspiciado por sectores políticos y económicos norteamericanos (con total libertad de su gobierno), que los gorilas que creíamos disminuidos siguen más vivos que nunca en los cuarteles Latinoamericanos y que si bien la región no es la prioridad número uno en la política exterior norteamericana, tampoco es la ultima, no es casual que el año pasado la cuarta flota de la marina estadounidense se haya desplegado por America Latina , que la presencia de “asesores militares (1600)” se mantenga en Colombia y que el gobierno de este ultimo país haya aceptado la presencia de aviones norteamericanos en cinco de sus bases aéreas[1]. Es muy seguro que intentarán a toda costa controlar nuevamente su otrora oficina para la región, es decir, la OEA, no será extraño que promuevan la candidatura para la Secretaria General de este organismo a una persona que se muestre menos dispuesto al consenso, especialmente con países como Bolivia, Cuba y Ecuador, pero especialmente con Venezuela, que según los Estados Unidos es “el nuevo causante de todos los males presentes y futuros de Latinoamérica”. No sería descabellado que su candidato reuniera el perfil de un Álvaro Uribe, defensor de la democracia militarizada, desconocedor del concepto de soberanía, poco respetuoso de los Derechos Humanos, pero por sobre todo muy leal y obediente a sus patrocinadores del norte.



Luis Fernando Trejos Rosero. .
[1] Sobre la estrategia militar de Estados Unidos en America Latina, puede revisarse el documento: US Southern Command Strategy 2016 Partnership for the Americas, US Southern Command, Miami 2007.

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