miércoles, 4 de marzo de 2009

Samuelson y su factura póstuma a Friedman

Por: José Rodríguez Elizondo

Por decisión del director Enrique Zileri, en 1981 debí entrevistar para Caretas al economista y Premio Nobel norteamericano Paul Samuelson. Invitado a Lima por el Presidente del Consejo de Ministros, Manuel Ulloa, el célebre profesor venía a brindar a los peruanos una alternativa pragmática contra el ideologismo neoliberal, ya desatado en América Latina.

Entonces, el ilustre visitante debió experimentar –y sufrir- el alto nivel de popularidad especializada que ya había conquistado su fiero rival Milton Friedman. También en el Perú existían chicago boys, adoradores del anarquismo libremercadista, que anatemizaban cualquier intervención de los Estados en la economía. Recuerdo su boca abierta ante el sugerente lapsus de una autoridad académica que lo presentó en una reunión –y en inglés- nada menos que como “el famoso profesor Friedman”.

Tal vez por lo mismo, Samuelson habló claro y golpeado ante su entrevistador de ocasión, reivindicando a concho su condición de paladín de la economía mixta. La teoría del mercado puro, me dijo, no podía darse en ningun país democrático, pues las interferencias sociales son de la esencia de una democracia. Por lo mismo, ni Ronald Reagan ni la señora Thatcher serían capaces de imponerla. Agregó, feroz, que la teoría friedmaniana sólo podía intentarse en las dictaduras de tipo fascista. Obviamente, esa entrevista fue recogida rápidamente y como cover story por la revista chilena disidente Hoy, ignoro si con permiso o no de Caretas.

Poco después, quiso el destino que Zileri me encargara entrevistar a Milton Friedman. Este otro Nobel norteamericano llegaba invitado por Hernando de Soto, quizás para reponer la vajilla de Chicago tras los destrozos ocasionados por Samuelson. Esta vez tuve el placer, algo malvado, de ver a esta segunda celebridad también con la boca abierta. Fue cuando le mostré las declaraciones de su archirrival, con fotos y ampliados. “¿Esto dijo Paul?”... fue su primera, sorprendida y simpática reacción, con constancia gráfica a cargo del fotógrafo Fernando Yovera.

Luego, no demoró un segundo en tratar de adoctrinarme y explicar, de paso, que los chicago boys chilenos venían ocultando parte importante de su pensamiento. El siempre había dicho que una dictadura libremercadista, como la de Pinochet, era posible sólo en el corto plazo, pues la libertad de los mercados debía complementarse con las libertades políticas. Esta vez, la entrevista fue reproducida en Chile por un medio oficialista, que la adjudicó a “un periodista peruano” y eliminó la alusión a la trampa de los chicago boys.

Pasaron los años, Friedman siguió sumando honores, tuvo la gentileza de responderme (por carta, a falta de e-mail) consultas puntuales y hace poco se nos fue con pleno reconocimiento de sus pares y discípulos. Tuvo la suerte -digámoslo claro- de no ver el balance catatrófico del mundo de George W. Bush, con los especuladores llenando las economías de inversiones tóxicas y los empresarios pidiendo a gritos el salvavidas de sus Estados.

Pero Samuelson sigue vivo, con más de 90 años y no ha vacilado en comentar este punto en una entrevista reciente en los Estados Unidos. En ella dice tener la edad suficiente “para haber visto el cierre de todo el ciclo” y aprovecha para pasar una gruesa factura pos mortem a su rival: “Hoy vemos lo equivocada que estaba la noción de Friedman de que un sistema de mercado se puede autorregular”.

Suerte la mía, gracias a Zileri, de haberme asomado a una de las polémicas entre esos dos viejos tan magníficos como irrepetibles.

Fuente: La República

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