jueves, 31 de julio de 2008

Nicaragua y las FARC-EP un claro ejemplo del pragmatismo imperante en las relaciones internacionales

Por: Luis Fernando Trejos Rosero.
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Desde la semana pasada varios fueron los rumores que circularon en la prensa internacional sobre una supuesta reunión del mandatario nicaraguense Daniel Ortega y una delegación de alto nivel de las FARC-EP que incluiría por lo menos a un miembro del Secretariado. Lastimosamente los análisis realizados por los medios de comunicación sobre este “encuentro” se destacan por su superficialidad y declarada animadversión hacia Ortega.

La pregunta de fondo sería ¿Qué buscan Ortega y las FARC al reunirse en Managua? No es casualidad que éste encuentro se celebre en el momento en que tanto el presidente, como la organización guerrillera pasan por sendas crisis de popularidad en sus respectivos países y hayan recurrido a la paz (a través de la intermediación) como estrategia de oxigenación política. Los resultados de éste tipo de estrategias pueden ser certificados recientemente por el presidente Francés Nicolas Sarcozy, quien recurría reiteradamente a la imagen de la entonces secuestrada Ingrid Betancourt cada vez que afrontaba problemas de popularidad.

Como puede verse, más que identidad revolucionaria (anti-imperialista), lo que hay detrás, es el interés pragmático de beneficiarse mutuamente, ante las recientes posturas asumidas por Ecuador y Venezuela rechazando la lucha armada, las FARC-EP necesitaban urgentemente un interlocutor internacional de peso y qué mejor que un gobierno democráticamente elegido y que además, posee una cantidad importante de misiles tierra-aire SAM 7[1], armas que en poder de las FARC-EP representarían una seria amenaza a la superioridad aérea del Ejército colombiano, lo que desplazaría nuevamente el centro de gravedad del conflicto. Por el lado de Ortega, éste levantaría la bandera de la paz colombiana dejada por Chávez, seria posible que las FARC-EP en una maniobra que implicaría una logística importante (vía costa pacífica, por la que sale gran cantidad de cocaína) entregara algún secuestrado al gobierno nicaraguense, generando una dinámica mediática internacional que beneficiaría políticamente a los dos actores comprometidos.

Sólo el tiempo dirá si esta reunión se realizó y de haber sido así, si fue motivada por el idealismo revolucionario o el más duro pragmatismo político.

[1] Precisamente esta semana el embajador Norteamericano en Nicaragua, le propuso el gobierno sandinista intercambiar estos mísiles por dotación medica para su sistema de salud pública, ya que le preocupa que estas armas caigan en manos de “grupos terroristas”.

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