viernes, 4 de julio de 2008

Jóvenes y Religión en un mundo en cambio

Por: Javier Romero Ocampo - javierro@vtr.net

Contexto:

El mundo está cambiando es una frase presente en la mayoría de los artículos que quieren dar cuenta de la actualidad, en nuestro caso esta afirmación es central a la hora de pretender describir, explicar y comprender la forma en que los jóvenes se relacionan con lo religioso. Hay nuevas expresiones de esta relación que poco a poco se desentienden de la tradición y toman distancia de la institución eclesial.

El mundo actual se construye en la convivencia entre elementos tradicionales e innovadores, en lo paradojal como una referencia necesaria, por ello podemos afirmar que estamos ante un escenario constituido por lo diverso, lo inesperado y contradictorio, cuestión que también remece al campo religioso (1). En este ámbito, el análisis general enfatiza un enfrentamiento entre dos posturas expresadas en la idea de que hay proceso de secularización de la sociedad en marcha y quienes por otra parte afirman la pluralidad religiosa. No tomaremos partido en esta discusión, pero si podemos decir que lo religioso no desaparece, toma otro lugar, un lugar, no diremos secundario, pero si distinto, en donde, es cada vez es más usual privatizar, relegando a lo íntimo y no apelando a la tradición, el sistema de elección de los elementos religiosos. Pero también concordamos con la idea de que “La modernización y las mutaciones que genera (el mundo moderno) no necesariamente amenazan a la religión, incluso ella se revitaliza” (Parker 1996: 66).

El mínimo esquema teórico propuesto, es un marco referencial general que esperamos sea de utilidad a la discusión más que darla por terminada en este escaso formato de exposición. En este marco intentaremos dibujar un mínimo esquema que ayude a responder ¿Qué pasa con los jóvenes chilenos y su relación con lo religioso?
Nos permitimos partir de algunas afirmaciones. Si tomamos como referencia las Encuestas Nacionales de Juventud realizadas por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), podemos decir que desde el año 1997 a la fecha, si sumamos los porcentajes de quienes se declaran católicos y evangélicos, este porcentaje no baja del 65%, por lo que se puede afirmar que la identificación religiosa de los jóvenes es mayoritaria. La Quinta Encuesta Nacional de Juventud señala que un 56,2% se declara católico, el 13,8% se declara evangélico (INJUV 2007: 143). En un estudio realizado por CISOC-Bellarmino (2005) se encuestó a alumnos de cuarto medio de colegios católicos y laicos, el porcentaje de alumnos de colegios laicos que declaran pertenecer a la religión católica fue de 46,6%. En el caso de los colegios católicos la proporción de alumnos de esa religión ascendía al 70,6%. Esta última cifra marca un descenso de 11,6 puntos porcentuales si se la compara con la que se obtuvo en un estudio realizado hace 15 años con una muestra de alumnos de Cuarto Medio de colegios católicos de Santiago (2). Las diferencias internas en la pertenencia religiosa, tomando como referencia a los católicos y evangélicos en la Quinta Encuesta Nacional de Juventud, se expresan principalmente en cuanto al género ya que en el caso de los católicos las mujeres representan un 61,3% y los hombres un 51,2%, no habiendo otras diferencias significativas en cuanto a edad, nivel educativo y nivel socioeconómico. En cambio, en el caso de los evangélicos no se presentan mayores diferencias en cuanto a género y edad, pero si en cuanto a nivel educativo y nivel socioeconómico, en ambos casos si aumenta el nivel hay menor presencia de jóvenes que se declaren evangélicos.

El otro aspecto en donde podemos hacer afirmaciones es en las creencias, es así que los mayores porcentajes, que entrega la Quinta Encuesta Nacional de Juventud, están referidas a la alta creencia en Dios, Jesucristo, los Ángeles, y los Santos, todos por sobre el 50%. Estos datos son coincidentes con la citada encuesta de CISOC-Bellarmino que señala que la creencia en Dios, tanto en jóvenes de colegios católicos como no católicos sobrepasa el 70%, y específicamente las imágenes de Dios que más se valoran son la de un Dios como padre bondadoso, omnipresente y creador, en cambio las menos valoradas son las imágenes de Dios como juez supremo, indiferente y castigador.

La escasa práctica religiosa de los jóvenes es otra característica de nuestro tiempo. La Quinta Encuesta Nacional de Juventud muestra que quienes asisten semanalmente a ceremonias y templos, exceptuando ceremonias de Matrimonio, Bautizo o Funeral, son un 13,4%, los que asisten una vez al mes un 6,7%, y asisten sólo ocasionalmente un 33,7%, quienes no asisten nunca llegan a un 44,1%. Un 12,2% de los jóvenes católicos acuden semanalmente, una vez al mes un 9,4%, sólo ocasionalmente un 46,4%, y nunca un 31,9%. El estudio de CISOC-Bellarmino (2005) señala que el 8,6% de los jóvenes católicos asiste a Misa todos los domingos o más, el 17,5% lo hace algunos domingos al mes, un 53,9% participa sólo ocasionalmente de esta celebración, y el 19,5% no lo hace nunca. Considerando a los alumnos católicos que estudian en colegios de Iglesia, la cifra de asistencia a Misa semanal o más, es también de 8,6%; mientras que hace 15 años asistían una vez a la semana o más, el 27,6% (Harriet, I. y G. Valdivieso. 1990: 70). En cuanto a la práctica de comulgar, los jóvenes católicos que lo hacen todos los domingos al mes o más llegan al 4,8%; algunos domingos al mes el 13,5%, ocasionalmente el 44,6%; y quienes no lo han hecho nunca en el último año ascienden al 36,3%. El sacramento de la reconciliación no ha sido celebrado ninguna vez en los últimos doce meses por el 58,4% de los jóvenes católicos, mientras que alrededor de un tercio (31,3%) lo ha celebrado una o dos veces en ese período de tiempo, y un 9,5% se ha confesado tres veces o más en el año (3). Considerando las tres prácticas que corresponden a “mandamientos de la Iglesia”, hay un 6,3% de los católicos que las cumplen.

Un aspecto relacionado con lo anterior es el creciente menor grado de confianza en la institución eclesial, -particularmente la Iglesia Católica- por parte de los y las jóvenes. La Quinta Encuesta Nacional de Juventud, señala que la Iglesia Católica se ubica en quinto lugar de confianza entre diversas instituciones, y los sacerdotes, pastores o monjas obtienen un quinto lugar en cuanto a la confianza en personas. Las criticas, según el citado estudio de CISOC-Bellarmino (2005), se focalizan en la inconsistencia entre discurso y práctica, intromisión en temas políticos, y promoción de una moral sexual extemporánea. En el mismo estudio el aspectos mejor evaluado es la cercanía y acción hacía excluidos y pobres. Al preguntarles por las características que definirían a un buen católico, los jóvenes destacan la honradez, la ayuda a los pobres y la confianza en Dios, dejando en los últimos la práctica cultual, la obediencia a las autoridades eclesiásticas, y las orientaciones en materias de sexualidad y moral familiar.

Además de estas afirmaciones queremos incluir en el análisis algunas pequeñas tendencias que están en proceso de desarrollo. La primera a destacar es la importancia creciente de quienes en las diversas encuestas se autodefinen como no pertenecientes a ninguna religión. La Quinta Encuesta Nacional de Juventud nos muestra que este grupo representa un 24,5%, y en el estudio de CISOC-Bellarmino llegan a un 19,5% en los colegios católicos y a un 30,1% en los colegios no católicos.

Asimismo, a nivel de creencias no cristianas hay un avance creciente. La Quinta Encuesta Nacional de Juventud muestra que la creencia en la astrología llega a un 30,6%, la creencia en la reencarnación a un 35,6%, en la magia a un 25,7%, y en el tarot e i ching a un 23,0%. En el estudio de CISOC-Bellarmino 29,8% de los alumnos católicos consulta tarot e i ching y una minoría de 9,5% ha asistido a celebraciones no católicas (4)
Conclusiones a discutir:

En definitiva, se puede afirmar, que el universo religioso de los jóvenes está siendo reconstruido con múltiples materiales que proceden del mundo de sus sentimientos, de sus necesidades primarias, de su posicionamiento ante las instituciones. Esto engendra nuevas y subjetivas formas de religiosidad “a la carta” o a la medida en la que pueden convivir expresiones religiosas incluso contradictorias. La religiosidad juvenil se sitúa fuertemente en lo personal y subjetivo, y su vivencia se construye con libertad, lejos de la Iglesia-institución, identificada principalmente en la figura del Papa y los obispos, aceptando algunas normas eclesiales y otras no sin que esto les implique algún dejo de contradicción.

El marco paradojal del momento trae consigo el avance de la secularización y la sed de creencia, la pérdida del monopolio de los bienes de salvación por parte de la Iglesia católica producto de la ampliación del “mercado religioso” y el avance de búsquedas espirituales, que sin abandonar la matriz cristiana, son combinadas con ritos de otras tradiciones; el avance de la racionalidad versus la creciente importancia de los juegos de azar y las lecturas del tarot y diversas prácticas de moda que si bien son de larga tradición (incluso más allá de la cristiana) aparecen como lo nuevo en el campo de la creencia; o bien la ausencia cada vez mayor de práctica u observancia de los rituales y el avance paralelo de la afluencia a santuarios o centros de peregrinación. Es por esto que se debe escuchar, observar y reflexionar sobre la relación entre las culturas juveniles y la religión en la apertura de estas nuevas pistas que se ofrecen a la reflexión.

Bibliografía:

Bourdieu, Pierre. 2002. “Génesis y estructura del campo religioso”, en Revista Enfoques sociológicos, Universidad de Concepción.

Parker, Cristián. 1996. Otra lógica en América Latina. Religión popular y Modernización capitalista. Santiago: Fondo de Cultura Económica.

INJUV. 2007. “Quinta Encuesta Nacional de Juventud”. Santiago de Chile.

CISOC-Bellarmino. 2003. “¿Dónde han ido los pecadores?”, Boletín Pastoral N° 90.

------. 2005. "Jóvenes: Orientaciones valóricas, Religión e Iglesia Católica". Santiago: CISOC-Bellarmino.

Harriet, I. y Valdivieso, G. 1990. “Actitudes, valores y opiniones de alumnos de Cuartos Medios de colegios católicos”, Oficina de Sociología Religiosa del Episcopado (OSORE), en Revista Estudios Sociales CPU 64.

Ministerio de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN). 2000. “Los jóvenes chilenos: Cambios culturales; Perspectivas para el siglo XXI”.

Notas:

(1) Nos referimos a la noción de campo como la refiere Bourdieu, Pierre (1971) cuando afirma que es un “sistema simbólico estructurado que funciona como principio de estructuración”.
(2) En esta investigación realizada en 1989, el porcentaje de alumnos que declararon ser católicos llegó al 82,2%, sobre la base de una muestra de 499 alumnos de Cuarto Medio de colegios católicos de diversos niveles socioeconómicos de Santiago (Harriet, I. y Valdivieso, G. 1990: 67). Un estudio más reciente realizado sobre la base de encuestas a 643 alumnos de Cuarto Medio de Santiago y Concepción dio como resultado un 59,1% de católicos (Gobierno de Chile. Ministerio de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN). 2000: 101.
(3) Estadísticas de diversos países confirman que ha habido una disminución bastante generalizada de la frecuencia de confesiones en años recientes, y que algunos católicos recurren a alternativas terapéuticas, más que al confesionario. Por otra parte, existe también la creencia, entre católicos, de que el perdón de Dios puede lograrse sin tener que recurrir al sacramento (CISOC-Bellarmino. 2003).
(4) Un estudio de MIDEPLAN señala que un 25,9% de los estudiantes de Cuarto Medio había consultado el Tarot, I Ching, Horóscopo (Ministerio de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN). 2000: 103).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante artículo.

Saludos,
Mariana

Gracias.