viernes, 11 de abril de 2008

Política Exterior de Bolivia

-Primera parte de entrevista a Don Roberto E. Finot Pabón, ex-Cónsul General de Bolivia en Chile-

Principales constantes o ejes centrales de la política exterior boliviana:

1. Integración Regional.

En lo que se refiere a la política exterior boliviana, como toda política exterior de todo país, lo que podemos ver son constantes, son constantes esenciales, y dentro de esas constantes la principal es la participación de Bolivia en el proceso de integración de América latina. La política de integración en Bolivia ha sido y se ha mantenido siempre como una constante de su política exterior. Bolivia fue parte constitutiva del proceso andino de integración que se inició el año 1969. Bolivia ha mantenido sus relaciones, su participación con ese esquema de integración desde su constitución hasta la fecha, invariablemente. Del mismo modo Bolivia participó en la suscripción del tratado de la cuenca del Plata, que es otro esquema de integración que nace también el año 69, en el marco del proceso de institucionalización de las políticas de integración que se inicia en la década del 60 y que busca, desde diferentes ámbitos – principalmente el comercial y el económico- la complementación y el desarrollo conjunto de determinadas regiones.

Bolivia es un país que gravita simultáneamente al menos en tres áreas geográficas esenciales, gravita hacia la cuenca endorreica del pacífico, la cuenca del Plata, en toda la región del Plata, y la cuenca amazónica. En lo que se refiere a este último espacio geográfico, Bolivia es participe de todos los proyectos y programas de desarrollo conjunto de la amazonía a través del tratado de cooperación amazónico.

Bolivia formó parte desde mediados de los años 60`s de la ALALC, esquema de integración comercial que luego sería sustituido, en el año 1980, por la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) que tenía una dimensión un poco más amplia en cuanto a sus objetivos. Lo que con esto se quiere remarcar es la participación de Bolivia en todos los esquemas y todos los procesos y acuerdos de integración que se conforman y se constituyen en la región. En este mismo sentido podemos decir que Bolivia es parte del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) desde su constitución, de la OEA desde su constitución, que acompañó el proceso de lo que en un inicio se llamó “la iniciativa Bush para las américas” (junio de 1990) y que desde el 94 se pretendía constituir como el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Todos estos procesos o esquemas de integración van teniendo una evolución particular de realizaciones, de avances y retrocesos y Bolivia lo que hace es acompañar esta evolución. En lo que se refiere específicamente al ALCA podemos decir que el proceso no prosperó, si bien tuvo un cierto dinamismo en las mesas de negociación, fundamentalmente durante la década del 90, hoy en día ya no se puede hablar más del ALCA, quedó en un enunciado, en un propósito que finalmente no se concretó.

A partir del tratado de la cuenca del Plata, que es un esquema de integración subregional compuesto por los países integrantes de la cuenca del Plata -que sigue en vigencia con todos sus mecanismos- se impulsó la creación del MERCOSUR. Si bien hubo una limitación inscrita expresamente en el tratado constitutivo del MERCOSUR que excluía la participación en ese esquema particular de integración a países que tuvieran comprometida su presencia en otros esquemas sub-regionales, Bolivia mantuvo su posición en función de ser también parte de ese proyecto de integración subregional, y desde el año 1996 forma parte del MERCOSUR.

Entonces claramente vemos que la constante en la política exterior de Bolivia es su participación en absolutamente todos los esquemas de integración que se constituyen en la región. Es así como desde la conformación misma de ALBA Bolivia es parte de esta iniciativa. En este sentido es importante resaltar el papel de Bolivia como promotor del Tratado de Comercio de los Pueblos –programa comercial de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA)-.

Este esfuerzo incesante por articular y formar parte de los diversos esquemas de integración es, en cierto modo, consecuencia de la ubicación geográfica de Bolivia y de su proyección simultanea hacia los diferentes ámbitos de la región. Es por esto mismo que otra línea constante de la política exterior boliviana es aquella que tiene relación con la comunicación e interacción bilateral con los países vecinos. Recordemos que Bolivia tiene extensas fronteras con 5 países, la más extensa de ellas con Brasil –que es al mismo tiempo la más extensa frontera de Brasil con un país de la región-, por lo que la relación con Brasil es de mucha relevancia. Tanto con Brasil como con Argentina se tienen acuerdos que generan un impacto que trasciende al área fronteriza de influencia, un impacto más bien a nivel nacional. Con Perú, por otro lado, son muy importantes los acuerdos que buscan potenciar las áreas de desarrollo conjunto en toda la zona de la cuenca endorreica, principalmente aquellos acuerdos que buscan potenciar la explotación de los recursos del acuífero del lago Titicaca, zona -esta última- muy extensa que comprende gran parte de la sierra del Perú y las tierras altas de Bolivia. En lo que se refiere a la relación con Chile, la constante es la política de reintegración marítima, que busca la recuperación -para Bolivia- del acceso soberano al océano pacífico, para lo cual se mantiene una relación de carácter bilateral. De esto hablaremos un poco más adelante.

2. Multilateralismo y cooperación.

A grandes rasgos podemos decir que uno de los pilares de la política exterior de Bolivia es el multilateralismo, tanto a nivel regional hemisférico como a nivel de los foros internacionales, esencialmente los que están dentro del ámbito de las Naciones Unidas. Dentro de sus prioridades también está, en el plano bilateral, no sólo la relación con los países vecinos, sino también la relación con Estados Unidos y la relación con los países de mayor desarrollo del planeta –vale decir con los principales países de Europa y Asia-, con los que se tiene principalmente una relación de cooperación.

3. Defensa de los cultivos originarios.

Otro eje central entorno al cual giran las políticas de Bolivia es el de la defensa de los cultivos originarios que existen en el país, principalmente en lo que se refiere al cultivo de la coca, que tiene una gran importancia porque es parte de la tradición milenaria de las culturas y de las diferentes etnias y diversas identidades que cohabitan y constituyen la Nación. Proteger esta herencia ancestral es parte fundamental de las políticas del gobierno boliviano.

Particularidades y nuevos enfoques:

1) Integración Regional.

El gobierno del presidente Evo Morales Ayma ha dado un nuevo énfasis a todo lo que a políticas de integración se refiere. Se reafirma la vocación de integración con la región, manteniendo la ya tradicional participación en los diversos esquemas y foros regionales y sub-regionales, pero buscando una profundización mayor, que trascienda el ámbito o el sesgo comercial que se le dio, particularmente en los últimos veinte años, a los esquemas de integración. Lo que se busca es la superación de este énfasis esencialmente comercial para alcanzar una mayor dimensión de la integración, donde se vean involucrados también aspectos como la cooperación energética por ejemplo, aspectos políticos y culturales, todo lo referente a flujos migratorios, etc. Principalmente lo que se quiere es crear nexos más profundos de cooperación basados ya no en una encarnizada lucha comercial -que por casi dos siglos benefició sólo a una pequeña parte de la población ligada a las aristocracias nacionales-, sino más bien basados en los valores del respeto y la solidaridad, que permitan y faciliten el desarrollo conjunto de nuestros pueblos.

2) Política del diálogo.

Otro punto fundamental es el de la reafirmación y la profundización de la política del diálogo, es decir la priorización de los foros tanto bilaterales como multilaterales como espacios para dialogar y concertar acuerdos. Se pone mucho énfasis en esa disposición, en parte porque la tradición cultural de los pueblos originarios en Bolivia es de diálogo es de concertación, y eso repercute tanto a nivel de la política local como a nivel internacional. Esto se traduce en la recuperación por parte del Estado de la tuición en el manejo y el control de sus recursos naturales y también en la mayor participación del Estado como ente regulador que fija y establece normas que permiten generar cierto equilibrio entre el interés nacional y el interés extranjero, el interés del capital trasnacional. Es decir, mediante el diálogo se logró modificar esa relación que permitía al capital trasnacional tener claras ventajas comparativas que perjudicaban los intereses de la Nación. Las nuevas reglas de juego que se impulsaron desde el gobierno y finalmente se concertaron entre las partes, permiten hoy al Estado reasumir su rol como garante de la equidad entre los intereses del capital trasnacional y los intereses de la Nación toda, sin por esto excluir o cerrar las puertas al capital extranjero, más bien se pretende potenciar, reafirmar la participación de los grupos económicos trasnacionales pero siempre que se asegure la condición de equidad entre las partes, que signifique que los beneficios sean justamente repartidos y que esto posibilite o facilite el transito hacia un mayor desarrollo de los pueblos. Muestra interesante de esta política del diálogo es el hecho de que la nacionalización de los hidrocarburos se ha dado sin confiscación, no ha habido una política de confiscación, más bien es una política de participación, pero una participación equitativa y equilibrada, donde el interés nacional está debidamente contemplado e inscrito.

3) Mediterraneidad de Bolivia.

En cuanto a la relación con Chile, específicamente en lo que se refiere al tema marítimo, se puede decir que la constante ha sido la disposición al diálogo y la búsqueda del diálogo –por parte de Bolivia- entre los dos países. Es decir, el tema de la mediterraneidad de Bolivia es un tema que tiene que resolverse, indudablemente, con Chile. De ahí que en su esencia este sea un tema básicamente bilateral. Ahora bien, estos últimos años, desde que asume la presidenta Bachelet y el presidente Morales, vivimos una experiencia que no habíamos tenido en bastante tiempo, que tiene relación con la mutua disposición a dialogar sin excluir los temas sustantivos de interés para ambos países. A partir del año 2000 Chile muestra una disposición al diálogo que permite poco a poco, aunque con algunos altibajos, circunscribir este asunto al ámbito bilateral, ya que tanto en algunas ocasiones previas como posteriores a esta fecha, Bolivia tuvo que presentar el problema en diversos foros e instancias internacionales con la clara intención de inducir al diálogo frontal y transparente entre las dos partes.

Daniel Bello.

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