lunes, 21 de junio de 2010

Voto voluntario y la farsa de la “ciudadanía verdaderamente interesada”

Por: Daniel Bello

Es interesante revisar el desarrollo del debate voto voluntario/obligatorio en otros países. En muchas partes quienes están a favor del voto voluntario –partiendo por parlamentarios, ministros y políticos “profesionales”- son honestos y reconocen que lo que buscan es incentivar el “voto inteligente” de la “ciudadanía verdaderamente interesada”, o -en otras palabras- deshacerse de la “irresponsabilidad política” de “los cholitos”, “huasos brutos”, y toda la gentuza que echa a perder el proceso.

Y tienen mucha razón, eso es lo que se consigue con el voto voluntario. ¿Es lo que queremos que suceda en Chile?

http://www.elquintopoder.cl/fdd/web/politica/opinion/-/blogs/voto-voluntario-y-la-farsa-de-la-%E2%80%9Cciudadania-verdaderamente-interesada%E2%80%9D

www.elquintopoder.cl

sábado, 12 de junio de 2010

Voto voluntario-obligatorio: algunas ideas que se refuerzan a partir del debate

Por: Daniel Bello

La discusión abierta en este medio (www.elquintopoder.cl) -hace algunas semanas- a raíz del artículo que publiqué titulado “Voto obligatorio: más que un derecho y más que un deber” ha contado con muy buenas y sustanciales intervenciones, tanto a favor como en contra de de las ideas que defendí entonces.

Quiero complementar lo que planteé en aquel escrito afirmando o contrariando (según el caso) algunos de los comentarios que hicieron parte del debate. Luego incorporaré una nueva arista que a mi juicio resulta esencial si lo que buscamos es contribuir al proceso de construcción de una sociedad justa y verdaderamente cohesionada. Veamos:

http://www.elquintopoder.cl/fdd/web/politica/opinion/-/blogs/voto-voluntario-obligatorio:-algunas-ideas-que-se-refuerzan-a-partir-del-debate

sábado, 5 de junio de 2010

LO QUE VA DE URIBE A SANTOS

Ante la virtual victoria presidencial del candidato del uribismo (Juan Manuel Santos), en la segunda vuelta eleccionaria en Colombia, vale la pena hacer las siguientes reflexiones.

Juan Manuel Santos es muy diferente a Álvaro Uribe, en la forma no en el fondo. Santos pertenece por herencia sanguínea (linaje) a la elite política colombiana, es miembro de una familia de ex - presidentes y dueños de medios masivos de comunicación, a diferencia del actual mandatario, cuya familia “emergió” política y socialmente rodeada por una sombra permanente de ilegalidad, su padre y él, han sido señalados de tener vínculos con narcotraficantes del Departamento de Antioquia (Cartel de Medellín) y su hermano Santiago, recientemente ha sido señalado por un ex – coronel de la Policía colombiana, de coordinar y dirigir un grupo paramilitar denominando los 12 apóstoles en el Municipio de Caucasia, Antioquia.

Si bien Uribe, es Liberal de formación, su discurso y práctica política siempre han sido de extrema derecha (Católica y neoliberal), a diferencia de Santos, que ha transitado por todas las tendencias políticas que le han garantizado espacios burocráticos, de ahí, que haya participado como ministro en gobiernos liberales y conservadores indistintamente, incluso en algún momento llegó a autodenominarse el representante de la “tercera vía” (Tony Blair) en Colombia.

Uribe ha sustentado gran parte de su popularidad en un fuerte populismo edificado sobre su figura carismática. Y precisamente carisma es de lo que carece Santos, su origen elitista le impide integrarse con “el pueblo”, de ahí que su imagen dependa en gran medida de la sombra y bendición de Álvaro Uribe.

Las relaciones con Estados Unidos se mantendrán inalterables, de hecho, Santos como ministro de defensa (de Uribe) inició las gestiones tendientes al establecimiento de las bases militares norteamericanas en Colombia y defendió públicamente la agresión militar colombiana en territorio ecuatoriano, además, al igual que Uribe, es un confeso y ferviente enemigo de Hugo Chávez y de instancias de integración regional como UNASUR por lo cual, Colombia se mantendrá de espaldas a la región.

Sólo resta esperar con mucha resignación que culminen sus cuatro años de mandato (lo más seguro es que sean 8), si es que desde la civilidad el actual presidente no promueve otra reforma constitucional que permita su reelección dentro de cuatro años, y que los colombianos entendamos que el desempleo, la desigual distribución de la tierra, la inseguridad urbana, los desplazados, la crisis de las instituciones, la falta de garantías políticas y sociales, la ausencia estatal en muchas regiones del país, el narcotráfico, la impunidad, el clientelismo, la falta de garantías para el ejercicio de la actividad sindical y la defensa de los Derechos Humanos, entre otras situaciones, no son consecuencia de la insurgencia armada, sino todo lo contrario, su causa, y Juan Manuel Santos es garantía de que en Colombia todo será peor.
Luis Fernando Trejos Rosero.