miércoles, 30 de abril de 2008

Reinventar la energía



Por Jeffrey D. Sachs
Profesor de Economía y director del Earth Institute en la Universidad de Columbia.

NUEVA YORK ­– La economía mundial está siendo sacudida por precios energéticos marcadamente más altos. Mientras que unos pocos países exportadores de energía en Oriente Medio y otras partes recaudan ganancias gigantescas, el resto del mundo sufre como consecuencia de una suba del precio del petróleo a 110 dólares por barril y del carbón al doble.

Sin energía abundante y de bajo costo, cada aspecto de la economía global se ve amenazado. Por ejemplo, los precios de los alimentos están aumentando de la mano de los precios en alza del petróleo, en parte por los mayores costos de producción, pero también porque las tierras de cultivo en Estados Unidos y otras partes se están convirtiendo para pasar de producir alimentos a producir biocombustibles.

No existe ninguna solución rápida para los precios del petróleo. Los precios más altos reflejan las condiciones básicas de la oferta y la demanda. La economía mundial –especialmente China, India y otras partes en Asia— ha crecido rápidamente, lo que generó un pronunciado incremento en la demanda mundial de energía, especialmente para electricidad y transporte. Sin embargo, el suministro global de petróleo, gas natural y carbón no puede dar abasto fácilmente, a pesar de los nuevos descubrimientos. Y, en muchos lugares, el suministro de petróleo está declinando a medida que se agotan los campos petroleros.

La oferta de carbón es de alguna manera más amplia, y al carbón se lo puede transformar en combustible líquido para transporte. Sin embargo, es un sustituto inadecuado, en parte por el suministro limitado y en parte porque el carbón emite grandes cantidades de dióxido de carbono por unidad de energía y, por lo tanto, es una fuente peligrosa de cambio climático causado por el hombre.

Para que los países en desarrollo sigan disfrutando de un crecimiento económico rápido, y para que los países ricos eviten una crisis económica, será necesario desarrollar nuevas tecnologías energéticas. Se deben cumplir tres objetivos: alternativas de bajo costo para los combustibles fósiles, una mayor eficiencia energética y una reducción de las emisiones de dióxido de carbono.

La tecnología más prometedora a largo plazo es la energía solar. La radiación solar total que llega al planeta es unas 1.000 veces superior al uso de energía comercial del mundo. Esto significa que incluso una parte pequeña de la superficie terrestre de la Tierra, especialmente en las regiones desérticas, que reciben una radiación solar masiva, puede ofrecer grandes cantidades de electricidad para gran parte del mundo.

Por ejemplo, las plantas de energía solar en el desierto Mohave de Estados Unidos podrían suministrar más de la mitad de las necesidades de electricidad del país. Las plantas de energía solar en el norte de Africa podrían suministrar energía para Europa occidental. Y las plantas de energía solar en el Sahel de Africa, justo al sur del vasto desierto de Sahara, podrían suministrar energía a gran parte de la zona occidental, oriental y central de Africa.

Quizás el único desarrollo más alentador en términos de eficiencia energética sea la “tecnología híbrida complementaria” para los automóviles, que puede triplicar el rendimiento de combustible de los nuevos automóviles en la próxima década. La idea es que los automóviles funcionen principalmente con baterías que se recargan todas las noches en la red de electricidad, con un motor híbrido a nafta como respaldo para la batería. General Motors podría tener una primera versión para 2010.

La tecnología más importante para el uso ambiental seguro del carbón es la captura y almacenamiento geológico del dióxido de carbono proveniente de las plantas de energía alimentadas a carbón. Esta “captura y secuestro de carbono”, o CCS, es necesaria de manera urgente en los países que más carbón consumen, especialmente China, India, Australia y Estados Unidos. Ya se han desarrollado tecnologías CCS clave; es hora de pasar de los proyectos de ingeniería de plantas de energía a la demostración real.

Para todas estas tecnologías prometedoras, los gobiernos deberían estar invirtiendo en ciencia y los costos elevados de las primeras etapas de prueba. Sin una financiación pública al menos parcial, la aceptación de estas nuevas tecnologías será lenta y despareja. De hecho, la mayoría de las tecnologías principales que hoy damos por sentadas –aviones, computadoras, Internet y nuevos medicamentos, para mencionar sólo algunas— recibieron un financiamiento público crucial en las primeras etapas de desarrollo e implementación.

Sorprende, y preocupa, que la financiación pública siga siendo escasa, porque el éxito de estas tecnologías podría traducirse literalmente en billones de dólares de producción económica. Por ejemplo, de acuerdo con los datos más recientes de la Agencia Internacional de Energía, en 2006 el gobierno norteamericano invirtió la magra cifra de 3.000 millones de dólares por año en investigación y desarrollo en el terreno de la energía. En dólares ajustados por inflación, esto representó una reducción de aproximadamente el 40% desde principios de los años 1980, y hoy equivale a lo que Estados Unidos invierte en su ejército en apenas un día y medio.

La situación es incluso más desalentadora cuando analizamos los detalles. La financiación del gobierno norteamericano de tecnologías de energía renovable (solar, eólica, geotérmica, oceánica y bioenergía) alcanzó un total de sólo 239 millones de dólares, o apenas tres horas de gasto en defensa. La inversión en captura y secuestro de carbono fue de apenas 67 millones de dólares, mientras que el gasto para una eficiencia energética de todo tipo (construcción, transporte e industria) fue de 352 millones de dólares.

Por supuesto, desarrollar nuevas tecnologías energéticas no es sólo responsabilidad de Estados Unidos. Es necesaria la cooperación global en tecnologías energéticas tanto para aumentar el suministro como para asegurar que el consumo de energía sea seguro para el medio ambiente, especialmente para prevenir el cambio climático causado por el hombre a partir del uso de combustibles fósiles. Esto no sólo sería bueno en términos económicos, sino también políticos, ya que podría unir al mundo en nuestro interés común, en lugar de dividirlo en una lucha amarga por la disminución de las reservas de petróleo, gas y carbón.

Fuente: www.project-syndicate.org

martes, 29 de abril de 2008

Los precios de los alimentos: No a la especulación

Por Luis de Sebastián
Profesor emérito de Esade.

El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas ha lanzado un SOS desesperado. Necesita urgentemente 500 millones de dólares. Se están acabando sus reservas de alimentos y de dinero. Si para principios de mayo no recibe esta cantidad, millones de personas, que hasta ahora están alimentadas por el programa, morirán de hambre. Entre otros se contarán los refugiados de la provincia sudanesa de Darfur (más de medio millón de personas), de los cuales muchos se han refugiado en el vecino Chad. De pronto, el hambre, ese terrible jinete del Apocalipsis, cabalga de nuevo.


¿Cómo ha sido posible llegar a esta situación? Porque apenas hace dos años, la FAO, Organización para la Alimentación y la Agricultura, podía afirmar que en el mundo ha— bía comida suficiente para proporcionar a cada uno de los 6.400 millones de habitantes de la tierra las 3.000 calorías diarias que necesita una persona para vivir bien. Siempre quedaba el espinoso problema de la distribución equitativa de los alimentos disponibles, que hace posible la paradoja de que el nuestro sea a la vez un planeta de hambrientos y de obesos. Pero la comida era abundante y barata en relación con tiempos pasados.

PERO VARIOS hechos han alterado el panorama de abundancia en los mercados mundiales. El afán por sustituir el petróleo, un combustible cada vez más caro, políticamente inestable y contaminante, por bio o agrocombustibles creó una situación nueva en los mercados. El maíz se desvió en grandes cantidades de la alimentación de hombres y animales a las fábricas de etanol, sobre todo en EEUU, donde el Gobierno subsidia fuertemente su producción. El desvío encareció el precio de las tortillas en México y el de la carne en Argentina y Canadá. Simultáneamente, en Europa se destinaban los excedentes de trigo y cebada a la producción de biodiésel, con la protección de la Política Agrícola Común.

Estos hechos introdujeron un sesgo al alza en los precios de los cereales. Malas cosechas en Australia, uno de los graneros del mundo, vinieron a contribuir al encarecimiento de los cereales. A estas circunstancias se sumó un nuevo dato. En China y la India se estaba dando una transición alimentaria de gran transcendencia. La creciente clase media en ambos países ha ido dejando de lado sus alimentos tradicionales para adoptar las dietas de países ricos de Europa y América del Norte: más carne de pollo y de vacuno, más pan de trigo, más dulces. Resultado: más demanda de cereales para alimentar hombres y ganado y sus precios al alza.

Pero no son solo los cereales. La transición alimentaria de los países emergentes afecta también a los alimentos procesados que fabrica el complejo industrial—alimentario y venden en China e India grandes cadenas de supermercados como Walt Mart y Carrefour. La demanda de productos agrícolas que entran en su producción, como soja, aceites vegetales, azúcar, lisina, jarabe de fructosa y otros derivados del maíz, los ha encarecido en los mercados mundiales. Por añadidura, la creciente demanda de alimentos ha ido acabando con las reservas de cereales y otros alimentos básicos de los países ricos. Todas estas circunstancias parecen haber sido orquestadas para elevar rápidamente los precios de los alimentos a niveles exagerados, en torno al 100%, en dos años.

Nada de lo dicho hasta aquí explica por qué el precio del arroz, el alimento más esencial para la población mundial, ha subido un 30% en una semana, y se ha duplicado durante los primeros meses de 2008. Porque el arroz no se emplea en ningún lugar para producir etanol, ni se usa para alimentar pollos, cerdos y ganado vacuno. Puede que en algún país productor haya habido una mala cosecha, pero no se tienen noticias de verdaderos desastres de abastecimiento. La explicación del encarecimiento del arroz nos introduce en lo que yo creo que es la causa principal de la presente escalada de precios de los alimentos: la especulación.

La especulación se ceba de la incertidumbre, el miedo, la posibilidad de ganancias y la abundancia de dinero para especular. Las cuatro condiciones se dan en los mercados de alimentos. Hay incertidumbre sobre abastecimientos futuros por el cambio climático, una consideración de largo plazo, que no debería causar convulsiones en los mercados, pero está en un horizonte cada vez más cercano. A más corto plazo, hay incertidumbre sobre la escasez de tierra cultivable para alimentos, si cada vez se aplica más para la producción de agrocombustibles; incertidumbre si las reservas no se reponen y la demanda de la clase media de países emergentes se acelera.

HAY MIEDO de que los países queden desabastecidos, y eso incita a comportamientos especulativos en gobiernos, que, para acumular alimentos, impiden su exportación. Hay muchas ganancias a la vista, porque hay mucha necesidad. Nefasta ganancia a base del hambre de los pobres. Y, sobre todo, hay mucho dinero para especular, que ha salido del castigado sector financiero para entrar con la avaricia y el amor al riesgo que le caracterizan en los mercados de commodities y de alimentos. Conclusión: ¡hay que combatir la especulación!

Venerables congresistas ¿Qué es el APEC?

Una raya más al tigre.
¿Estamos conformes con el sistema de democracia representativa?

“LA IZQUIERDA: SOLIDARIDAD, SOBERANIA, IGUALDAD

Por lo breve del espacio, sintetizaré lo que deben ser las posiciones fundamentales de la izquierda en la Colombia de hoy. Lo primero es decidirse a ver el país como lo ve la enorme mayoría que carece hasta de lo más elemental. Cuán vacua resulta la palabrería destinada a convertir en oropel la escoria de un régimen económico, social y político inicuo del que nadie puede enorgullecerse ante el mundo, salvo que falte a la verdad.

También hay que asumir la actitud de desafiar los poderes que habrá que vencer para modificar tal orden de cosas, apuntándole a cambiar las causas de la tragedia y no a quedarse en el retoque de sus efectos, con el turbio objetivo de hacer demagogias dirigidas saciar personalismos e impedir las profundas transformaciones requeridas.

Por la riqueza de su territorio y las calidades de sus gentes, Colombia podría ser de los países más granados del mundo. Si pasa lo contrario es porque desde hace décadas, pero en especial desde 1990, se impuso una política económica calculada para mantener el país en el atraso, política que se explica porque viene de la Casa Blanca y le sirve a los imperialistas que mandan allí y porque tiene como ‘socio’ al puñado de colombianos que se lucra con ella y le impone el rumbo a la nación. ¿O es mentira que llevamos medio siglo sometidos a quiénes controlan al FMI? ¿O por qué insisten en el TLC luego de 17 años de desastres del “libre comercio”? ¿O no consiste la globalización neoliberal en que las potencias globalizadoras recolonizan a los países globalizados? Lo que se rechaza, entonces, no son las relaciones con el resto del mundo. De ninguna manera. El repudio va para los tratos de mula y jinete, que fue lo que derrotaron quienes liberaron a América de los imperios coloniales.

Para hacer de Colombia un país digno y respetable, con la soberanía se defenderá el trabajo nacional, la producción industrial y agropecuaria y la democracia. El Estado además auspiciará, entre otras cosas, no los favoritismos y las corruptelas de la minoría que con descaro lo asalta, sino que la salud y la educación se le brinden, con excelente calidad, a cada colombiano.

Luchamos por la democracia, pero por la auténtica. Y ello incluye, por supuesto, el rechazo a la lucha armada y el secuestro, pero también a lo que con cinismo llaman “democracia profunda”, cuando ya se acercan a cincuenta los parlamentarios uribistas encartados por paramilitarismo y son casi un millón los votos que estos le pusieron a la reelección de Álvaro Uribe. ¿Democracia cuando ante los horrores contra el sindicalismo hasta el Partido Demócrata estadounidense se avergüenza de que lo relacionen con el gobierno colombiano?

Este es un proyecto de unidad y salvación nacional en el que caben los colombianos más pobres, las capas medias y los empresarios cuyo negocio no consista en impedir el progreso del país. Y como es obvio, no por contradicciones personales sino programáticas que afectan a las gentes, tiene que ser antiuribista.

Jorge Enrique Robledo, Revista Cambio, Bogotá, abril 10 de 2008

lunes, 28 de abril de 2008

¿Italia fascista?

La derecha y la ultraderecha neofascista toman el control político de Italia: Berlusconi y Gianni Alemanno. Un asunto al menos para preocuparse.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/derecha/posfascista/gana/alcaldia/Roma/elpepuint/20080429elpepiint_5/Tes
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/04/28/internacional/1209408792.html
http://www.lavanguardia.es/lv24h/20080428/53457873408.html

Obama 'for president'

Por: Gustavo Palomares Lerma

Los medios informativos y la sociedad estadounidense, tan propensos al espectáculo, tienden a dramatizar la actual situación de división interna del Partido Demócrata en la idea de que los buenos shows deben continuar. El último capítulo de esta serie entretenidísima, con las primarias en el Estado de Pensilvania y las nueve siguientes consultas, asegura el suspense hasta el final como en las buenas películas.

Las diferencias y encontronazos entre Hillary Clinton y Barack Obama, recrudecidos en las últimas semanas, han determinado el escenario y la escenografía a la que parece estar abocado el partido del asno hasta el próximo mes de agosto. Y como el asno, por ser testarudo, tiende a repetir la historia, la convención de agosto de 2008 puede recordar a la de 1960, en la que Lyndon B. Johnson y John F. Kennedy, dos candidatos de peso en empate técnico después del proceso de primarias y con un tercero como Hubert Humphrey sin posibilidades, intentaban ganar el apoyo de las grandes figuras del aparato demócrata, Adlai Stevenson y Harry Truman,

para decantar a su favor la nominación. Los superdelegados, la aristocracia, las élites políticas, ahora y siempre -como señalaban los teóricos Vilfredo Paretto y Gaetano Mosca-, tienen influencia en el proceso político incluso cuando no dicen nada o están dormidos.

Las convenciones demócratas parece que las carga el diablo. Es muy acertada la descripción de Arthur Schlesinger Jr., una de las referencias del constitucionalismo americano, cuando en su obra A Thousand Days -Los mil días de Kennedy, en la traducción castellana- describe la convención como "un fenómeno demasiado volátil e histérico para hacer una evaluación exacta. Todo ocurre a la vez y en todas partes, y todo cambia con gran rapidez. La gente habla demasiado, fuma demasiado, bebe demasiado, corre demasiado y duerme demasiado poco. La fatiga tensa los nervios y produce pánico y susceptibilidad a los rumores. En aquel momento todo es borroso".

Al final en las votaciones discutidas e igualadas de la convención, como ya ocurrió en 1912, en 1924 y en 1960, por encima de los compromisos previos, los delegados y superdelegados siempre votan al final al caballo mejor colocado en la carrera frente a los republicanos.

Los dos candidatos embarcados en esta larga y competida carrera electoral de 2008, jugarán sus bazas con las distintas delegaciones presentes en la convención y ganará, como parece indicar la historia electoral en estos casos de empate técnico, la candidatura que sea capaz de aprovechar su impulso exitoso y proyectarlo hacia el futuro. Efectivamente, ese ímpetu gana

-dor que tanto gusta a los estadounidenses es el que acaba por imperar.

Sin embargo, la resaca viene después con las concesiones necesarias para encontrar un buen vicepresidente y para intentar cerrar las divisiones y las disensiones vividas dentro del partido. El acuerdo contra natura entre los candidatos enfrentados que siempre ha dado tan buenos resultados balsámicos para los demócratas en otras situaciones similares -el ticket Kennedy y Johnson es un buen ejemplo- en el caso Clinton-Obama de 2008 parece un espejismo.

El mundo se pregunta si el sistema y la sociedad estadounidenses se encuentran preparados para asumir el reto que supone tener un presidente negro. En este mismo orden de ideas, hay escepticismo respecto a que el electorado opte por una mujer como presidenta. Pero lo que no me cabe la menor duda es que Estados Unidos, en el momento actual, no se encuentra sociológicamente tan avanzado como para asumir ambas cosas de forma simultánea. Tener una presidenta con un vicepresidente negro, o un presidente negro con una vicepresidenta, parece demasiado, incluso para ese cuerpo electoral.

Frente a Hillary Clinton, Barack Obama es más difícil de encuadrar en las generalizaciones sociológicas que se suelen realizar del electorado estadounidense. Es un político que está fuera de la normalidad de Washington, en su origen, en su formación, en su renovado idealismo. Distante de otros presidentes como Bill Clinton e, incluso, de otros candidatos como J. F. Kerry o John Edwards. Un político que fundamentalmente encarna la superación de la generación anterior de la que forma parte la propia Hillary.

El supuesto error electoral de Obama en Pensilvania hablando de los amargados desempleados rurales que se aferran como último recurso a las armas y a todo tipo de religiones, puede ser achacado a su falta de madurez o a la directa sinceridad de un político que lleva mal el exagerado fingimiento y el discurso calculado de siempre.

El principal valor político y electoral de Barack Obama es que representa la desconfianza de las generaciones más jóvenes por la vieja forma de hacer política. Ello explica que sea el candidato que ha reunido un mayor apoyo electoral en los menores de 35 años en la historia reciente de Estados Unidos.

Obama puede ser el primer presidente de una nueva generación. Y ello por su vitalidad, su modernidad e incluso sus grandes dudas a la hora de adoptar decisiones, que le imprimen espontaneidad; sin olvidar sus referencias críticas hacia su propio partido, el poder de Washington y el papel jugado por Estados Unidos en el mundo, especialmente después del 11 de septiembre de 2001. Un nuevo líder, en la búsqueda de una nueva doctrina para un nuevo tiempo. Podría ser el primer presidente de la era global.

Todas estas cualidades reflejan una atractiva personalidad y, sobre todo, a un político de nueva hechura y factura. Una nueva oportunidad para el idealismo americano después del corsé neoconservador de los últimos ocho años. Un candidato capaz de superar los enfrentamientos derivados del encasillamiento electoral del color o condición porque con una apariencia exterior de serenidad y calma, expresa con seguridad sus argumentos, con un novedoso desarrollo, gran capacidad de improvisación e incluso con el ahogo de sus palabras en los momentos cumbres de sus discursos.

Éstas son las cualidades de frescura, espontaneidad y sinceridad que pueden vencer a un McCain, con mucha experiencia, mucha historia pasada envuelta en un nuevo discurso pero cuyas soluciones son las viejas.

Probablemente, Barack Obama es el único caballo demócrata con posibilidades para ganar este gran derby electoral de 2008 y por ello puede salir victorioso después de esta larga y agotadora batalla.

Gustavo Palomares Lerma es profesor de Política Exterior de los Estados Unidos en la Escuela Diplomática de España y catedrático europeo en la UNED.

El capitalismo del desastre

Entrevista a Naomi Klein

Argentina ha sido inspiración para la tesis inicial del último libro de Naomi Klein. Lo escribió allí y lo explica mejor en la entrevista: "Vivir en la Argentina y saber sobre la dictadura me había dado la tesis del libro: esta ideología del capitalismo del desastre comenzó con la tortura y el derrocamiento de gobiernos y, tras un período de calma, ha vuelto". No sólo esto inspiró la Argentina. Aterrizada en Ezeiza en medio de la efervescencia de enero de 2002, dos años después Naomi Klein dio a conocer la película La toma, sobre la experiencia de trabajadores de fábricas recuperadas, realizada aquí junto a su marido, Avi Lewis, a quien Klein le ha dedicado sus dos libros: el best—seller No Logo y el más reciente La doctrina del shock — El auge del capitalismo del desastre. De este último dice Klein que "no habría sido física, intelectual o emocionalmente posible sin mi marido... mi colaborador en todo, mi editor, mi compañero de viaje, y la persona que hace mi vida mejor". Avi Lewis, de hecho, monitorea las entrevistas a Klein: revisa qué periodistas vendrán, cuál es su background personal, la orientación ideológica del medio para el cual trabajan, etc. Salvo en lo que hace a la maquilladora y a la peluquera exigidas por la autora de No Logo durante su visita a Buenos Aires, del resto se preocupa también su esposo.

Periodista y columnista en diversos diarios, Naomi Klein se hizo muy conocida tras la publicación de No Logo, en el cual, como en La doctrina del shock, se combinan la investigación periodística y académica (a veces muy rigurosa) con algunas hipótesis básicas sobre la globalización, y conclusiones en las que no siempre queda claro qué es causa y qué es efecto, confirmadas por un universo de prueba tan vasto como inabarcable. No Logo fue elevado al rango de manifiesto del movimiento anti—globalización que irrumpió en 1999 en medio de la Cumbre Mundial del Comercio en Seattle (cuyo eco muchos, también Lewis y Klein, han querido ver en las complejas reivindicaciones del año 2001 en Buenos Aires). Pero La doctrina del shock es un libro más complicado, más difícil de transformar en logo.

"Cuando empecé tenía pensado un libro muy diferente –explica–; quería tomar sólo Irak, el tsunami y el huracán Katrina y analizar el capitalismo contemporáneo del desastre. Como había vivido la experiencia en la Argentina y sabía sobre la dictadura, la tesis del libro era que esta ideología había comenzado con la tortura y el derrocamiento de gobiernos, y que luego, tras un período de calma, ha vuelto. Pero el problema es que estaba equivocada.

A medida que trataba de hallar contrastes, me iba encontrando con los mismos patrones. Por ejemplo yo no sabía que la transición en Rusia había sido tan violenta; sólo lo estaba investigando para tenerlo como punto de contraste pero veía que mi percepción era errada y que tenían mucho más en común con las tácticas originales que lo que había imaginado.

Por eso, el libro me llevó dos años más de la cuenta y no fue un proyecto de investigación coherente sino muy caótico. Para ser franca, me sorprende que tenga sentido porque ese período intermedio fue muy desprolijo. La investigación modificó la tesis. No me proponía escribir una historia alternativa del neoliberalismo sino sólo sobre el capitalismo contemporáneo del desastre, trayendo algunos ecos del pasado. Si me hubieran dicho que iba a escribir una historia alternativa del neoliberalismo no habría encarado el proyecto. Me habría parecido demasiado ambicioso. " Es cierto, es un libro demasiado ambicioso, con muchísimas entrevistas y algunos datos valiosos, pero con una desmedida vocación por mostrar que –como repite Pancho Ibáñez– todo tiene que ver con todo: la terapia de electroshock con la que la CIA pensaba lavar cerebros en los años 50, las dictaduras en la Argentina y Chile en los 70, la política de refundación de la industria turística tras el tsunami en Sri Lanka, la libertad restringida de la democracia sudafricana, la política de Bush frente a la catástrofe del Katrina, Polonia, Irak, Rusia, China. . . En muchos casos Naomi Klein llega hasta esos sitios en persona. El capítulo sobre el tsunami arranca así: "Fui a la playa al amanecer esperando encontrarme con algunos pescadores..." El que se dedica a la invasión de Irak empieza: "Marzo de 2004. Llevaba menos de tres horas en Bagdad y las cosas no iban bien". El tratamiento del huracán Katrina se inicia con un: "Conocí a Jamar Perry en setiembre de 2005 en el gran refugio que la Cruz Roja había organizado en Baton Rouge, Louisiana".

Pero esta técnica no siempre da buenos resultados. Al caso argentino también se acercó Naomi Klein en persona, y sin embargo las inexactitudes y simplificaciones en las páginas dedicadas a este país son tan grandes que, después de pasar por ellas, el lector atento empieza a dudar si las descripciones referidas a Polonia o Sudáfrica –ni qué hablar de las conclusiones generales– no estarán igualmente viciadas de esa miopía que revela un árbol y esconde el frondoso bosque.

Por ejemplo, sin entrar en cuestiones de interpretación política, cuando relata la captura de Rodolfo Walsh y su asesinato en 1977 por un grupo de tareas, Naomi Klein escribe que "Massera ordenó a los soldados: Traedme a ese bastardo, es mío". El lector que reconozca los hechos tiene que aislar primero la bestialidad de la traducción hecha en España y luego la gruesa imprecisión sobre el tipo de agente encargado de los "operativos" para poder hallar en esa frase alguna semejanza con la situación original. El ejemplo con el que ilustra Klein la metodología de las FF. AA. en sus primeros días tras el golpe parece igualmente inverosímil: "La Junta hizo una única y dramática demostración de su disposición a usar la fuerza de modo letal: un hombre fue sacado a empujones de un Ford Falcon (el vehículo habitual de la policía secreta), atado al monumento más famoso de Buenos Aires, el Obelisco, blanco de 67,5 metros, y ametrallado a la vista de todos los transeúntes".

Aunque contribuyan todos juntos a una conclusión no siempre errada, los datos así amontonados componen una pintura por lo menos ajena. No obstante, uno de los propósitos de este libro –como el de Susana Giménez y jabón Cadum– es advertir al lector sobre el shock. Empecemos por allí.

¿Qué quiere decir con "shock"? ¿Cómo definiría a la "doctrina del shock"?

Un shock es cualquier acontecimiento catastrófico que nos desorienta. Mi forma preferida de entender el shock es decir que es la brecha entre un acontecimiento y el relato que lo explica. Ese lapso, esa brecha que se abre entre acontecimiento y relato es el estado de confusión en el cual somos vulnerables. La doctrina del shock es la filosofía del poder que entiende que esa brecha es el mejor momento para imponer un programa radical pro—empresas.

Pero esa brecha ¿no es buen momento para tratar de imponer cualquier programa? En el libro demasiados shocks convergen para mostrar un mismo cuadro. ¿No es forzado equiparar Irak y Rusia, Sudáfrica y Polonia?

Esta no es una historia de esos países, es una historia del neoliberalismo. Esta ha sido una campaña ideológica y económica que sirve a las elites de todo el mundo, que tiene sus libros sagrados y su filosofía del poder. Esa filosofía es como el médico de shock. En el libro cito abundantemente a los arquitectos del neoliberalismo cuando dicen que necesitan crisis: "Cualquier crisis sirve". Cito al ministro de Economía de Polonia cuando dice que puede ser "Una rápida transición económica, el fin de una guerra, cualquier cosa". El shock es un período en el que la gente pierde la orientación. La izquierda no entendió que hay una filosofía del poder en las crisis que ha permitido el ascenso de esta ideología. Las crisis son todas diferentes pero, en los últimos 30 años aparece este hilo conductor: fueron sistemáticamente aprovechadas por un grupo pequeño que comprendió y estudió la utilidad de las crisis. Todo esto era nuevo para mí cuando empecé la investigación. Es sorprendente tomar el huracán Katrina, el tsunami, Irak o el fin del comunismo y ver que en todos los casos aparecen las mismas recetas. Tienen una sola idea muy redituable: enriquece a los políticos y a las empresas.

El acontecimiento que inicia el shock puede ser predecible o impredecible, una catástrofe natural o de la política. ¿Esto no marca una gran diferencia en cuanto a las responsabilidades en cada "doctrina del shock"?

No es inevitable que reaccionemos ante los acontecimientos difíciles con un shock, un estado de desorientación. Pero el factor determinante de que nos sintamos desorientados, de que nos volvamos maleables y entremos en regresión es que tengamos o no un relato que explique lo que pasa. En estado de shock uno se vuelve vulnerable. Con un electroshock la persona pierde control de su cuerpo, tanto en psiquiatría como en una tortura. La pregunta es cómo mantenerse fuera del shock, porque no podemos evitar que ocurran pero sí podemos controlar el hecho de entrar o no en ese estado de regresión y desorientación o al menos cuánto tiempo permanecemos en él.

Dice que la tesis inicial surgió en Argentina, ¿cómo nació la idea de convertirla en libro?

Lo que me motivó fue presenciar los efectos increíblemente dañinos del prolongado estado de shock en el que entraron los norteamericanos después del 11—S. Fue la quintaesencia de la brecha entre acontecimiento y relato. "¿Por qué nos odian?" se preguntaban. Uno tendría que hablar de las fallas de los medios, de nuestro sistema educativo, de la cultura que creó una situación en la que los estadounidenses quedaron totalmente sorprendidos de tener enemigos que querían su aniquilación, de los cuales no tenían ni la menor idea hasta el día anterior. El shock no fue el atentado sino el hecho de que parecía llegado de otro planeta. Eso creó el contexto para que el gobierno de Bush se adueñara del poder para destruir las libertades civiles, invadir Afganistán e Irak, crear Guantánamo, etc. Yo quería entender la teoría del shock. Se combinaron la necesidad de ver los efectos nocivos que esto tuvo en el panorama político del lugar donde vivo y el hecho de haber venido a la Argentina después de un shock, después de la crisis. En enero de 2002, cuando vine por primera vez, todavía reinaba una gran confusión pero lo que me impactó –y esa es la raíz de la tesis de este libro– fue escuchar los relatos de la gente sobre por qué el país había reaccionado así el 19 y 20 de diciembre. Tantas personas contaban la misma historia: "De la Rúa habló por televisión, declaró el estado de sitio y esa situación nos recordó el pasado". En 2001 ustedes tenían el contexto clásico para la aplicación de la doctrina del shock; esa vez no funcionó pero, recordémoslo, se intentó hacerlo.

¿A qué se refiere?

Ustedes tenían una crisis económica, hubo un intento del FMI y de Domingo Cavallo de aplicar un programa de austeridad total, de aprovechar esa crisis económica para llevar el neoliberalismo aún más lejos. En los Estados Unidos había un grupo de economistas de derecha, como Rudiger Dornbusch, que proponían que la economía de Argentina se trasladara offshore. Es la idea más radical que jamás se haya oído. Ninguna de esas ideas prendió y la gente las rechazó porque había aprendido de aprovechamientos anteriores del shock. Cuando De la Rúa declaró el estado de sitio, la gente recordó 1976. Ustedes tuvieron una memoria histórica. En un momento en el que la gente podría haber sido vulnerable a otra terapia de shock económico, algo la mantuvo fuera. Sorprendente. Lo contrario de un shock, como una hiper—orientación. Todo el mundo estaba súper despierto.

Detectar las motivaciones de "todo el mundo", despiertos o dormidos, no es tan sencillo.

Mucha gente salió por propio interés, sin duda. Pero la experiencia cambia a la gente.

Aquellos días de diciembre son interesantes en contexto: por ejemplo, con los cacerolazos de los días previos, una práctica que nace en el Chile anti—Allende. Días atrás tuvimos nuevos cacerolazos y protestas en calles y rutas. ¿Cómo interpreta estos acontecimientos?

No los interpreto porque no los he investigado. Es fácil olvidar que había un programa ambicioso de aprovechar ese shock para adueñarse de la economía argentina, y eso no ocurrió.

Es consciente de que el proceso es muy complejo.

Sí. En este gobierno se han producido algunos cambios muy simbólicos. y creo que la postura de Kirchner ante el FMI fue importante para el debilitamiento del FMI. Ahora el Fondo está en una profunda crisis y la Argentina desempeñó un papel significativo en ella. Dicho esto, no creo que los Kirchner realmente rechacen muchos postulados del neoliberalismo: le pagaron al FMI y la cuestión crucial es la redistribución de la riqueza. El legado neoliberal es la desigualdad masiva y la aniquilación de la clase media, por eso, la reconstrucción pasa por abordar la desigualdad y eso no ocurre aquí de manera significativa. ¿Es este un gobierno anti neoliberal? No sé. Pero diciembre de 2001 fue un tiempo de cambio y también de desilusión porque había muchas esperanzas en ese potencial y creo que hubo muchas oportunidades perdidas.

¿Por ejemplo?

Una de las desilusiones es la de las fábricas recuperadas. Eso podría haber sido un cambio de política pero para que eso ocurra hace falta un gobierno al que le interese cambiar la dinámica (y gente que se lo exija), alejándose de la asistencia y la beneficencia para acercarse a la autosuficiencia, que es la amenaza fundamental porque el modelo clientelista es una maquinaria política. Las cooperativas autónomas no necesitan tanto a los partidos políticos. Esto no sólo ocurre en la Argentina. Ese nuevo paso para institucionalizar otro modelo económico no se dio y esa es otra desilusión. Pero creo que sí se está haciendo en otros países que tienen otra relación con los movimientos sociales, una relación más igualitaria. Mire a Evo Morales: tiene que dar respuesta a los movimientos sociales pero no existe esa maquinaria política tan difícil de desarticular. Es un desafío muy particular. Pero el peronismo –eso aprendí en la Argentina– es único.

Bueno, esa singularidad se pierde en el libro, muchos datos parecen inverosímiles; por su complejidad o quizá porque se basan en fuentes secundarias.

¿Cree eso? Sí, me apoyé en fuentes secundarias. No es lo ideal. Había hecho algunas investigaciones aquí pero profundicé más de lo que esperaba y por eso me basé en algunos libros publicados en inglés. Ahora estamos haciendo un documental y podremos hacer más investigación. Lo acabamos de empezar con el director Michael Winterbottom; el viernes (por ayer) haremos la primera filmación. Winterbottom quiere ser muy fiel al libro. Los capítulos de Chile y Argentina lo impresionaron así que vamos a filmar aquí y en Chile.

En la reseña que hizo Joseph Stiglitz de su libro dice que, en verdad, nunca hubo teoría alguna para esas políticas.

Creo que él dice que las teorías de estos economistas eran aún más endebles. Malos economistas. Stiglitz disiente más en la tortura y la metáfora del shock.

Recientemente escribió sobre un arma nueva, Tazer, una pistola que lanza una descarga, como una picana. El video en YouTube donde se ve cómo guardias disparan Tazer y asesinan a un polaco en un aeropuerto canadiense es aterrador.

Sí, ya hubo muchas muertes causadas por el Tazer. Son un producto de consumo. Es increíble: vienen en rosa, con estampado de leopardo o con música. Este es el Estados Unidos post—11 de setiembre. Los padres las están usando con sus hijos, los maridos con las mujeres. Es un arma de abuso en el hogar; y justamente porque tienen fama de seguras son mucho más peligrosas. La empresa repite: "Esto es seguro. No es fuerza mortal. " Hay historias de padres que la han usado contra chicos de tres años porque lloraban. Es una epidemia de shock.

La metáfora de la tortura por electroshock sigue viva.

Hay un tercer shock que es necesario para hacer cumplir con la doctrina y no fui lo suficientemente firme al respecto en el libro. Si volviera a escribirlo dedicaría un capítulo a las cárceles estadounidenses; al hecho de que uno de cada cien estadounidenses adultos está preso, que Estados Unidos tiene el índice de encarcelamiento más alto del mundo y que esa población carcelaria está compuesta mayoritariamente por negros y latinos. Nueva Orleans tiene al 30% de su población tras las rejas. Algunas de estas cárceles usan armas de shock. Las poblaciones que estuvieron en la línea de frente de estas políticas económicas sufrieron un nivel increíble de disciplinamiento y brutalidad policial.

Esto contrasta con su pintura de la dictadura argentina en la que, dice, "todos callaban lo que ocurría". Hoy cualquiera puede aplicar picana a otro y se supone que está bien.

Es más: es entretenido. Uno ve el shock en el cine, en TV... en los reality shows hay como una competencia: quién puede soportar un shock. Uno de los motivos por los cuales es tan difícil hablar de esto en los Estados Unidos es que los medios ejercen una amortiguación. La gente no confía en sus propias reacciones emocionales cuando no recibe confirmación de los medios. Y uno empieza a pensar que está loco, que es el único que piensa así. Porque a uno algo le parece chocante pero la televisión está hablando de otra cosa. Para que estas cosas lleguen a ser una controversia hace falta más que un artículo. Tiene que haber un contexto, que los medios electrónicos digan: "Usted tiene razón en opinar que esto está mal". Si uno no recibe esa confirmación, piensa que esa violencia es normal. Por eso el uso de blogs es alentador. En Canadá nos llegó la noticia de que alguien había muerto por el uso del Tazer en un aeropuerto como la nota de un día. Recién cuando se vio el video en YouTube esto se convirtió en una polémica y en investigación.

¿Cuál es el lector ideal de "La doctrina del shock"?

El objetivo era prepararnos para el próximo shock. Y es muy gratificante recibir e—mails de gente que usa el marco de La doctrina del shock para interpretar la actualidad. Esa es mi meta como analista desde que empecé a escribir columnas: dar herramientas para leer mejor los diarios. Esa es mi misión. Por eso, es hermoso recibir mensajes de correo electrónico de gente de todo el mundo que me dice: "Está ocurriendo aquí. Están tratando de hacerlo. Lo están haciendo en la junta escolar, con la crisis alimentaria para introducir alimentos genéticamente modificados" o "con la crisis económica quieren privatizar la seguridad social". Ahí me siento muy gratificada porque significa que la gente tiene otra herramienta para interpretar las noticias. Soy bastante realista en cuanto a qué puede y no puede lograr un libro. Los libros no crean movimientos.

¿Cómo fue recibido este libro en el ámbito académico?

Depende del académico. Creo que muchos docentes valoran a quien divulga y sintetiza. Algunos valoran que use como fuente el trabajo tan cuidadoso que hacen ellos. Me invitan a hablar en universidades porque para los alumnos es útil tener el panorama general. Pero el punto de vista de algunos académicos depende de su orientación: para los marxistas o trotskistas, el libro es demasiado keynesiano. Para los neoliberales, es demasiado marxista.

Al presentar "La toma" su marido explicó que habían eliminado opiniones de especialistas porque la película expresaba un "echen a los expertos".

Eso estaba más bien dirigido a los economistas que habían hecho tal desastre. Tengo un gran respeto por quienes dedican tanto esfuerzo a ser precisos. Sin ellos no podría hacer mi trabajo.

*Periodista y activista canadiense, autora del exitoso No Logo.

Fuente: www.clarin.com

domingo, 27 de abril de 2008

COLOMBIA Y LA HECATOMBE

Hace unos meses el Presidente Uribe manifestó que sólo aspiraría a un tercer mandato en caso de que ocurriera una hecatombe, como es costumbre en él, no especificó a qué tipo de hecatombe se refería. Con las capturas de la semana pasada son ya 32 los congresistas encarcelados por nexos directos con los grupos paramilitares y 65 en total los investigados por el mismo motivo[1]. De estos 65 la mayoría pertenecen a partidos de la coalición uribista, de hecho, el partido Colombia Democrática, liderado por su primo Mario Uribe (preso en este momento), es el primer partido para-político en la historia de Colombia.

Ante este panorama cabría preguntarse ¿Qué espera el presidente Uribe para lanzar su tercera candidatura? ¿Acaso lo que sucede en el Congreso colombiano no es una hecatombe política? ¿Será que sin esas mayorías legislativas, elegidas a punta de fusil y con fuertes vínculos con el narcotráfico y el terrorismo tambalea la iniciativa de su tercer mandato? Es extraño que un presidente que cuenta con un ochenta por ciento de respaldo popular continué ligado indirectamente con estos personajes y no haya declarado como ilegítimas las normas que estos apoyaron y de las que él fue el gran beneficiado (reelección, ley de justicia y paz, seguridad democrática). Esperemos que la hecatombe que espera el presidente no sea una ofensiva militar de las FARC o una discusión con el presidente de Venezuela, esperemos que entienda que el fin de los problemas del país no está en el fin de la guerrilla y el aumento del gasto militar, sino en el fin de las causas que han permitido que esta lleve más de 40 años de vida político-militar.

Es interesante ver las similitudes de todo tipo que existen entre el presidente Uribe y el ex presidente del Perú, Alberto Fujimori, esperemos que por el bien de Colombia su final no sea el mismo.

Luis Fernando Trejos Rosero.

[1] http://www.eltiempo.com/politica/2008-04-27/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-4125541.html

La doctrina del shock

Un filme de: Alfonso Cuarón y Naomi Klein
Dirigido por: Jonás Cuarón

Chile y la doctrina del shock


Por: Raúl Sohr

Es poco frecuente encontrar un texto que, desde la partida, enuncie una tesis que embiste contra lugares comunes tan repetidos que son, finalmente, aceptados como verdad.

En su libro "La doctrina del shock", la autora canadiense Naomi Klein postula: "Este libro es un desafío contra la verdad más apreciada y esencial de la historia oficial: que el triunfo del capitalismo nace de la libertad, que el mercado desregulado va de la mano de la democracia.

En lugar de eso demostraré que esta forma fundamentalista de capitalismo ha surgido en un brutal parto cuyas comadronas han sido la violencia y la coerción, infligidas en el cuerpo político colectivo, así como en innumerables cuerpos individuales. La historia del libre mercado contemporáneo el auge del corporativismo, en realidad ha sido escrita con letras de shock".

Fuertes palabras respaldadas, a lo largo del libro, por numerosos ejemplos históricos, entre los cuales Chile ocupa un lugar privilegiado. Klein señala que el norteamericano Milton Friedman, Premio Nobel de Economía (1976) y uno de los máximos mentores del neoliberalismo, aprendió luego del golpe de Estado de 1973 la importancia de aprovechar un estado de shock.

La población chilena estaba aturdida y conmocionada por los violentos hechos de sangre. A la par, el país vivía un traumático proceso hiperinflacionario. Las circunstancias eran propicias para cambios radicales y esto fue lo que Friedman aconsejó al emergente dictador.

"El ladrillo", como se llamó al paquete de medidas, contempló bajas de impuestos, liberalización del mercado, privatización de empresas y servicios fiscales, drásticos recortes del gasto social y una desregularización económica generalizada. Los encargados de aplicar "el ladrillo" fueron discípulos de Friedman que habían estudiado en la Universidad de Chicago, donde impartía cátedra, por lo que fueron llamados los "Chicago Boys". "Se trataba de la transformación capitalista más extrema que jamás se había llevado a cabo en ningún lugar", señala la autora.

Hasta aquí nada nuevo para los chilenos. Pero Klein comenzó a interesarse por lo ocurrido en Chile luego de la invasión norteamericana a Irak en 2003. ¿Qué nexo existe entre ambos hechos? La aplicación de políticas de libre mercado a ultranza a través de un shock.

En Chile se habló en su época de manera explícita del "tratamiento de choque". Uno de los hilos conductores lo obtuvo de Mike Battles, un ex agente de la CIA que, tras la invasión a Irak, le señaló: "Para nosotros, el miedo y el desorden representaban una verdadera promesa". Algo que Friedman supo detectar en Chile justo 30 años antes.

El libro está destinado a probar la aplicación consciente de la "doctrina de shock", incluso en Estados Unidos. La autora señala que el Presidente George W. Bush aprovechó el shock sufrido por el país el 11 de septiembre del 2001, luego de los ataques terroristas, para aplicar políticas extremas que en circunstancias normales no habrían sido aceptadas por la población.

Señala cómo el Gobierno comenzó a subcontratar, sin debate público alguno, funciones delicadas que hasta entonces eran prerrogativas del Estado. En menos de tres años se había constituido una "industria de seguridad interior" que factura anualmente 200 mil millones de dólares.

La privatización de la guerra conoce desde entonces una nueva dimensión. Al respecto sugiero a los lectores den un vistazo a la sección Compañías militares privadas, en mi último libro "El mundo y sus guerras".


¿Tiene la mentada doctrina una base empírica? A juicio de Klein, la respuesta está en los programas de tortura o de "interrogatorios coercitivos", como la CIA prefiere llamarlos aplicados por la central de inteligencia estadounidense. El conjunto de técnicas para inferir dolor, privaciones e intimidación apuntan a causar un shock y una profunda desorientación del prisionero.

La meta es llevarlo a ceder o a aceptar lo que los interrogadores desean. El libro abunda en ejemplos y fuentes respecto de cómo la confusión, más que el dolor, es lo que al final doblega a la víctima. En más de 600 páginas, bien escritas, en un estilo ágil y sin vanidad académica, Klein expone una idea que algunos habrán intuido, pero a la que la obra le aporta un sustento histórico.

En síntesis: "El desastre original llámese golpe, ataque terrorista, colapso del mercado, guerra, tsunami o huracán lleva a la población de un país a un estado de shock colectivo ( ) Y así como los prisioneros aterrorizados confiesan el nombre de sus compañeros ( ) las sociedades en estado de shock a menudo renuncian a valores que de otro modo defenderían con entereza".


Como en toda obra, quedan interrogantes y, en algunos casos, dudas entre nexos y ciertas conclusiones. Pero por sobre todo invita a la reflexión. Es un libro que tanto quienes comulgan con las ideas expuestas como los que las rechazan no deben dejar de leer.

Fuente: www.lanacion.cl

Más información: http://www.paidos.com/klein.asp

jueves, 24 de abril de 2008

Los biocombustibles, el clima y los subsidios son las principales causas del hambre

LONDRES.- El cambio climático, los subsidios agrarios y, sobre todo, el cultivo de combustibles biológicos son los principales factores que influyen en la crisis alimentaria que afecta al mundo, afirma 'The Lancet' en un editorial.

La prestigiosa revista médica británica insta a los Gobiernos a abordar estos asuntos para paliar la crisis desatada por el aumento del precio de los alimentos, que está afectando especialmente a los países pobres y motivando revueltas en todo el mundo.

En su editorial, 'The Lancet' destaca que la producción extensiva de biocombustibles es una de las principales causas del encarecimiento de los cereales.

Por ejemplo, apunta la revista, en su intento de ser autosuficiente en biocarburantes, Estados Unidos subvenciona la producción de etanol, que se obtiene, entre otras cosas, del maíz, un cultivo al que se ha dado prioridad en ese país.

El volumen de "maíz" consumido actualmente por los vehículos en EEUU "cubriría las necesidades de importación de 82 países" en los que falta comida, denuncia la publicación, que a la vez se congratula de que la Unión Europea (UE) vaya a replantearse sus objetivos de biocombustible.

El aumento del precio del trigo y del arroz el año pasado en un 130% y un 120%, respectivamente, ha causado hambrunas y hundido en la pobreza a millones de personas en el mundo, señala 'The Lancet'.

Además de los biocombustibles, la revista identifica otros factores que contribuyen a la crisis, como el incremento de la población mundial -se espera que crezca en 3.000 millones para 2050-, que hace que se consuman más alimentos, sobre todo carne en las economías emergentes.

También influyen un descenso de la productividad de las áreas cultivables en la última década y la quiebra del mercado hipotecario en Estados Unidos, que ha hecho que muchos especuladores inviertan en materias primas como productos alimenticios, lo que ha elevado su precio.

Además, añade 'The Lancet', los países ricos están exportando productos subvencionados a países pobres, lo que amenaza la subsistencia de los agricultores nativos.

La revista señala la dificultad de alcanzar el principal objetivo para el milenio de la ONU, reducir la pobreza mundial a la mitad.

'The Lancet' recomienda a los gobernantes con influencia y las instituciones implicadas, como la ONU o el Banco Mundial, actuar conjuntamente para abordar la crisis, que no debe resolverse con soluciones a corto plazo sino afrontando "la raíz" del problema.

Por ejemplo, señala la publicación, EEUU y Francia han sido de los primeros en ofrecer ayuda humanitaria contra la carestía de los alimentos, cuando, según el editorial, lo que deberían hacer es abolir los subsidios agrícolas que dan a sus granjeros.


Fuente: www.elmundo.es

La megacoalición reaccionaria

Por: Juan Luis Dammert Bello

Al preguntarse desde cuándo está la coalición dominante uno podría remontarse hasta el civilismo- o a la conquista española-, ya que de lo que estamos hablando es de la élite en el Perú, que a grosso modo ha sido siempre la misma. Pero no retrocedamos tanto, y recordemos que en el país las divisiones de la élite han sido crónicas, y causantes en parte del atraso nacional. Podríamos decir que un primer momento del nacimiento de esta coalición son las reformas neoliberales de Fujimori. Ante la debacle ochentera, quedaba claro que el Estado debía garantizar la gran inversión privada en el país, o no habría desarrollo. Pedro Beltrán revival.

El empresariado local, como siempre, asumiría su papel histórico de socio menor del capital trasnacional, brindando su valioso aporte de “gran conocedor del mercado peruano”. Así, abogados, ingenieros, presidentes del directorio, gerentes generales, mandos medios, empleados, proveedores, etc., podrían ganarse la vida en las empresas que llegaban. La inversión da trabajo. Claro que con sueldos abismalmente diferenciados entre los que mantienen la articulación con el capital, y los que son empleados locales de estos últimos.

Desde entonces hasta la fecha, casi veinte años después, los resultados del modelo neoliberal en el Perú son sorprendentes. Más allá de los indicadores repetidos hasta la saciedad como el crecimiento económico, el boom de la construcción, los aportes de la minería, el grado de inversión, etc.; basta hacer memoria para admitirlo: el Perú del 2008 está mejor que el de comienzos de los noventa.

No hay que ser, sin embargo, tan entusiasta. Los índices de pobreza se han movido muy poco, crecen las utilidades y los salarios se estancan, la infraestructura es deficiente, los servicios estatales son pésimos, etc. Es decir, no hay mejoras en el problema principal del Perú: la desigualdad. La desigualdad ha empeorado con el neoliberalismo. Otra vez no es necesario recurrir a las cifras sino a un ejercicio: pensar en Asia, los Audis, las camionetas, La Planicie, el Markham; y luego pensar en Huancavelica, Pamplona, los dateros, Essalud, la educación rural, etc.

La megacoalición reaccionaria es la gran franja en la élite peruana que se ha privilegiado a lo grande con el neoliberalismo y no tiene ninguna voluntad redistributiva a la fecha. Más aun, sus integrantes darán batalla contra cualquier iniciativa distributiva que trascienda el nivel discursivo, o pase el límite de solo echarle la culpa al Estado. En ese punto, desaparecen las diferencias entre fujimoristas, apristas, pepecistas, castañedistas, accionpopulistas, que se pelean por ocupar los cargos que administren el gran negocio y administrar el presupuesto público, y en el marco de esa pelea se ven las denuncias, acusaciones, pujas, etc. Pero la pelea no es, nuevamente distributiva.

La diferencia con los ochenta y antes, además del modelo económico, está en que en la oficialidad ya no existe la izquierda ni las posiciones progresistas. Fuera de la megacoalición están los caviares y los subversivos.

Entre los caviares están las ONG, los universitarios y en general cualquiera con preocupaciones humanistas, sociales, artísticas y que se sienta asqueado por el festín desigual. Pero no nos engañemos. Los caviares somos (además de desorganizados) buenos para la crítica y malos para la gestión. Los caviares no merecen gobernar el país, como parecen creer algunos entusiastas, ahora del otro bando. Por algo están donde están electoralmente, los votantes no son tontos.

Los subversivos son más y más a la izquierda. No digo subversivos porque sean realmente subversivos, sino porque es como se les pinta y se les considera desde las orillas desde la megacoalición (igual pasa con el término caviar). Me refiero aquí a los Humala, los cocaleros, el SUTEP, los que tiran piedras en las marchas. Los que tienen razón en sus quejas, pero que tampoco podrían gobernar bien el país: por falta de capacidad, organización, improbable honestidad, entre otros. Pero a diferencia de los caviares, sí podrían ganar las elecciones, como casi ocurre en el 2006.

Termino con el giro necesario para completar grosso modo la idea: lo de megacoalición reaccionaria viene porque, ante la posibilidad de perder el modelo neoliberal (festín desigual), la megacoalición es capaz de sacar las garras y reprimir con vehemencia a quienes se oponen al "desarrollo nacional" (perros del hortelano). Y así se privatizan los puertos a la mala, se declaran los proyectos mineros de “interés nacional”, se golpea al SUTEP, se vende la selva, se desconocen las marchas, se deja a Cusco sin APEC, etc.

Con la alianza estratégica con el gran capital, y los problemas de los caviares y subversivos (perros del hortelano), la megacoalición está para quedarse. El conflicto en el Perú sigue siendo redistributivo. Pero la élite no está dispuesta a ceder, y la confrontación está todavía por venir.

Si cree que la pesadilla de la elección pasada está superada, se equivoca. La próxima elección será más polarizada aún.

¿Alex Kouri o Antauro?

El cambio llega en guagua

Fernando García
Corresponsal en Cuba
La Vanguardia

La vida de los cubanos mejora. No ya porque algunos puedan comprarse un DVD, dar de alta un móvil o alojarse en un hotel. En realidad, el cambio por ahora más palpable y de mayor alcance entre los impulsados por Raúl Castro apenas sale en la prensa extranjera, pero es la comidilla de la isla. Hablamos del transporte público.

Hace 7 meses que nos subimos a dos y a uno de esos mastodontes de las calzadas habaneras llamados camellos –dos buses ensamblados y arrastrados por un camión– para documentar las carencias del transporte urbano. El problema venía arrastrándose 15 años y era la preocupación número uno de los cubanos. El Gobierno anunció entonces un plan de choque. Para ver cómo va resultando, hemos repetido la prueba que hicimos en septiembre, a la misma hora y en idénticas rutas.

Como entonces, el primer recorrido nos lleva de Miramar a La Habana Vieja. Igual que hace siete meses., llegamos a la parada de origen a las 16:20. También ahora deberemos coger dos buses, aunque el trasbordo será en una misma parada y ya no tendremos que andar 300 metros.

En la prueba anterior la fila casi se duplicó en los 25 minutos que tardó en llegar nuestra guagua, un bus pequeño de la marcha china Yutong. Hoy la cola apenas aumenta porque no da tiempo: a las 16:22 horas aparece un flamante autobús articulado de la línea P-1. Es igualmente un Yutong, pero el doble de grande. Entramos sin empujones y pagamos el billete, al mismo precio de 40 centavos de peso (un céntimo de euro).

Si no viéramos el exterior, podríamos creer que estamos en un bus de Barcelona o París. Avanzamos: "¿Permiso? Pase usted. Gracias. No, por nada". Las autoridades andan preocupadas por los casos de vandalismo dentro de las guaguas, pero a esta hora de un jueves domina el civismo.

Una gran pegatina informa del trayecto y la frecuencia de paso: "10 minutos en horario pico y 14 en horario normal". Un pasajero nos dice que "no es para tanto", aunque las nuevas guaguas "llegan mucho más rápido". De los altavoces sale una canción cubana de amor. Algunos la tararean.

Llegamos a la parada de trasbordo. El P-1 que nos ha traído arranca con la puerta delantera abierta por desbordamiento del pasaje, pese a que en la trasera del bus sobra espacio. "¡Es que hay que caminar p'atráaaas, que siempre es iguaaaal!", se indigna una mujer. Cuestión de hábitos.

La guagua que nos llevará a La Habana Vieja, un P-5, llega a las 16:41. La diferencia respecto a la primera prueba suma ya 38 minutos. Aquí la música está más alta. La mitad del pasaje canturrea. Suena Me dediqué a perderte, del mexicano Alejandro Fernández, nos aclaran dos señoras. Ambas acaban de salir del trabajo y nos explican que la música "está divina, sobre todo ahora que han orientado (ordenado) dejarse de tanto reguetón como ponían al principio", cuando acababan llegar los nuevos buses con sus potentes radiocasetes. "Dicen que dentro de poco van a poner música más instrumental, sin bulla ninguna, y algunos mensajes educativos y así". Es cierto. El programa de recuperación del transporte incluye un completo menú sonoro que incluye hasta la lectura de textos de José Martí.

Las dos señoras que nos ilustran se deshacen en alabanzas por la mejora de las guaguas. "Yo antes tenía que levantarme a las seis de la mañana y llegaba a casa a las seis de la tarde. Ahora me despierto a las siete y vuelvo a las cinco. ¡Cómo me va a parecer: una maravilla es lo que es!", dice Sara Pérez, empleada en la empresa Cubalse.

Nosotros hemos ahorrado una hora; llegamos a destino a las 16:53, es decir, 23 minutos después de iniciar el mismo trayecto que hace poco más de medio año nos llevó hora y media. Tal vez hemos tenido suerte.

La fortuna nos sigue sonriendo en el segundo trayecto: los camellos de la línea M-7 han sido sustituidos por buses articulados idénticos a los que acabamos de probar, en este caso los P-7. Sigue habiendo dos largas colas, una para ir de pie y otra para garantizarse un asiento. Pero las guaguas se relevan cada diez minutos y parten sin llenarse hasta los topes, ni mucho menos.

Dentro, hablamos con Milagros, que lleva nueve meses haciendo el trayecto y por tanto tiene clara la diferencia, pues según recuerda el cambio de vehículos se hizo a principios de este año. "Antes era horroroso. Había demasiado jamoneo (roces y contactos oportunistas). Bueno, todavía hay alguno de vez en cuando que…, ya tú sabes. ¡Pero no, no; ya no es lo mismo, chico, qué va!". El viaje continúa con normalidad. Volvemos a oír canturreos.

Se acabó la película del sábado sobre ruedas, que es como llamaban a los viajes en camello porque en ellos había siempre "sexo, acción y lenguaje de adultos". Las autoridades acaban de informar de la extinción del monstruo en La Habana, si bien algunos mamotretos pudieran aprovecharse un tiempo en el interior del país.

Es el principio del fin de uno de los grandes símbolos de la peor época del período especial tras la caída de la URSS. El Gobierno lo comunicó hace unos días, al tiempo que repasó el resultado de la puesta en circulación de un total de 364 yutongs urbanos, la mayoría en la capital.

La medida se nota, como hemos comprobado y como demuestra la menor presencia de gente que coge botella (hace autostop) en La Habana. El problema dista de haberse resuelto por completo. Siguen faltando autobuses. El programa de recuperación beneficia por ahora a 460.000 cubanos, según cifras oficiales. Y el objetivo final es mover a 3,8 millones de personas al día para 2010, nueve veces más que en 2006, cuando el transporte tocó fondo. Queda mucho camino, pero la guagua del cambio avanza.

Fuente: www.lavanguardia.es

La ciudadanía ante el ideario de integración

Por: Manuel Antonio Garretón

Los estudios de opinión pública, como se sabe, permiten conocer parcialmente las reacciones de la gente en un determinado momento frente a un determinado problema. Existe un gran riesgo de extrapolar estas opiniones al análisis de movimientos y procesos sociales.

Cabe recordar, por ejemplo, que hace cuarenta años los estudios de opinión pública daban a conocer un alto grado de satisfacción de los estudiantes universitarios en Francia semanas antes que estallara el más importante movimiento de protesta y cambio entre esos mismos estudiantes.

En la época de la dictadura en Chile, el tema de los derechos humanos no era considerado como lo más importante por la población en las encuestas de opinión, y fue a juicio de todos los estudios posteriores un factor fundamental en la derrota de Pinochet en el plebiscito de 1988.

Todo esto a propósito del segundo Informe sobre Oportunidades de Integración Regional, recientemente dado a conocer por Latinobarómetro. Con todas las reservas señaladas, el estudio aporta datos interesantes que conviene considerar. Por un lado, en promedio y con variaciones importantes por países, existen opiniones minoritarias a favor de la venta de recursos energéticos en condiciones especiales a los países que lo necesitan o a favor de aprovechar la crisis energética como oportunidad para avanzar en la integración; y opiniones mayoritarias adversas a la inmigración, tanto de etnias o razas iguales o diferentes a los nacionales, como a la proveniente de países pobres. Todo ello camina en el sentido contrario de una integración de la región.

Pero, por otro lado, existen opiniones levemente mayoritarias en el sentido que los países deben hacer concesiones para avanzar en la integración y en el sentido de generar un parlamento que proponga leyes comunes; de eliminar impuestos de importación/exportación y condiciones políticas y restricciones a la inversión extranjera dentro de la región. Hay también porcentajes importantes, aunque no mayoritarios, de población abierta a la discusión de estos temas sin haber tomado una posición a favor o en contra, y favorables a libre circulación de ciudadanos y la igualdad de derechos entre nacionales y extranjeros.

Los resultados mostrados por el Informe muestran una preocupante actitud recelosa de la población a una integración que ven lejana o riesgosa para sus intereses personales en caso de las inmigraciones. Esto contradice la imagen que nos hacemos de la integración como una demanda popular y masiva explícita. Ello nunca ha sido así ni siquiera en los casos de los modelos exitosos de integración como el europeo. Es cuestión de recordar los plebiscitos estrechos y muchas veces contrarios en esta materia en diversos países. Pero al mismo tiempo muestran el espacio que se abre al liderazgo político para hacer avanzar los procesos de integración, lo que también es concordante con lo ocurrido en otras latitudes.

Quizás los datos más interesante al respecto sean la opinión mayoritaria a favor de un parlamento que haga leyes comunes y de hacer concesiones para que la integración avance. Es evidente que hay una contradicción entre los temores que despiertan algunos aspectos insoslayables de la integración, como la inmigración o la igualdad de derechos entre nacionales y extranjeros, y la convicción que los países deben ceder ante instancias comunes, instancias que eventualmente podrían dictar leyes que los afectaran. La idea de un parlamento con leyes comunes es una demanda política, de construcción de una polis supra—nacional. No va a haber grandes movilizaciones en ese sentido, pero sin duda habrá aceptación si ello ocurre. Entonces, éste es el espacio de la voluntad política, de la acción de los dirigentes y los partidos.

Como en todos los grandes procesos de construcción institucional, hay un núcleo duro a favor, un núcleo duro en contra y una gran mayoría abierta a tomar decisión en uno u otro sentido. En los procesos de integración supranacional esto se hace más patente aún. Por ello son los mensajes que provengan del liderazgo político los que pueden alinear a la dirigencia económica, aislando a los refractarios y al sistema mediático y convencer a una opinión pública que sólo tiene en contra el temor a que sus vidas personales sean afectadas, por ejemplo en el ámbito laboral, pero que en su imaginario político e histórico, en un sustrato cultural intangible, ven la integración como el único horizonte de sus países. Y he aquí que nuevamente parecen unirse dos elementos que solemos poner en tensión: el ideario nacional y el ideario de integración supra—nacional.

Pereciera ser que en nuestra época globalizada, el debilitamiento de los sentimientos estatal—nacionales pudieran favorecer una demanda supra—nacional y que la insistencia en este nivel amenazara la conciencia y la idea de un proyecto nacional. Y ocurre todo lo contrario: la pérdida del sentido de nacionalidad lleva al refugio en la comunidad más cercana o al individualismo.

En tanto el sentimiento de pertenencia a una nación y a su proyecto histórico lleva al convencimiento que no hay destino de nación en el mundo de hoy, que es ya el futuro, si no es a través de la conformación de bloques. Pero ello no opera explícitamente ni como demanda movilizadora, sino a través, como hemos dicho, de los complejos meandros de los sustratos culturales que toca al liderazgo político explicitar y movilizar.

Se puede así hacer una lectura pesimista de los datos de opinión pública respecto de la actitud individual frente a fenómenos como el de la inmigración. Pero si se examina el campo abierto a la acción política y a la creación de instancias comunes, el panorama aparece ampliamente auspicioso, siempre que se entienda que hoy construcción o re—construcción del Estado nación y construcción de ámbitos o bloques supra—nacionales son dos procesos, a la larga, indisociables.

domingo, 20 de abril de 2008

Globalización y la brecha digital.


"Hacia el final de la visita, Larry (Page) me llevó a una habitación donde una imagen tridimensional de la tierra giraba en una gran pantalla plana. Larry le pidió al joven ingeniero indioamericano que estaba trabajando cerca que explicara qué era lo que estábamos contemplando:

-Estas luces representan todas las búsquedas que están produciéndose en este instante –dijo el ingeniero-. Cada color indica un lenguaje distinto. Si rota la imagen en esta dirección –e hizo que cambiase la imagen de la pantalla- puede ver todas las pautas del tráfico en todo el sistema de Internet.

La imagen era hipnótica, más orgánica que mecánica, como si estuviéramos viendo las primeras fases de un proceso evolutivo cada vez más acelerado en el que las fronteras entre los hombres –nacionalidad, raza, religión, riqueza-, se volvían invisibles e irrelevantes, de forma que el físico de Cambridge, el operador de bolsa de Tokio, el estudiante de una remota aldea de la India y el director de una tienda por departamentos de Ciudad de México se mezclaban en una constante y vibrante conversación, con el tiempo y el espacio cediendo ante un mundo tejido enteramente con luz. Y entonces, conforme el globo giraba, reparé en las grandes franjas de oscuridad: la mayor parte de África, trozos del Sur de Asia e incluso algunas zonas de los Estados Unidos en las que los gruesos hilos de luz se disolvían y convertían en unas pocas hebras dispersas".

Recuerdos de la visita a la sede corporativa de Google en Silicon Valley.

Barack Obama, "La audacia de la esperanza" (2007).

Nota: Larry Page es uno de los creadores de Google.

CHILE ante el proceso de cambios en Bolivia


Tenemos el agrado de invitarle a un Foro Panel informativo acerca del proceso de cambios en la hermana República de Bolivia, que tendrá lugar el jueves 24 de abril a las 18,30 hrs. en el Palacio Ariztía, sede de la Cámara de Diputados en Santiago, (Metro Estación Los Héroes).

Harán uso de la palabra el Cónsul General de Bolivia en Chile, General Freddy Bersatti; el escritor y académico, Profesor Pedro Godoy y la dirigente sindical Francisca Rodríguez.

Este encuentro nos permitirá tener más y mejor información sobre los difíciles momentos que afronta este país hermano y renovar nuestro compromiso solidario con el pueblo y el gobierno bolivianos.

Les agradeceremos difundir esta nota por sus propias redes.

COMITÉ REENCUENTRO CHILENO BOLIVIANO

miércoles, 16 de abril de 2008

Falta de renovación ideológica en los partidos políticos en Chile: En camino hacia una deslegitimación del Sistema Político.

El comportamiento que han tenido algunos políticos, especialmente de la Concertación en los últimos años, ha respondido a un problema que se centra específicamente en la deficiente modernización política que ha presentado el espectro político en nuestro país. La creación de Chile Primero y la desafección de los parlamentarios “colorines” de la Democracia Cristiana es un hecho significativo dentro de nuestra joven democracia, lo que plantea , por un lado, una falta de renovación ideológica y por otro lado, en el decreciente surgimiento de nuevos líderes en la escena político – partidista.

Esta falta de renovación ideológica, que se viene arrastrando en la izquierda desde la caída de la Unión Soviética es debido a que la fuente de inspiración tanto marxista como socialdemócrata en el mundo esta agotada. El Comunismo perdió el rumbo luego de la caída de la Unión Soviética debido al rol “satelital” que poseían ideológicamente los partidos comunistas con respecto al Partido Comunista Soviético, el cual era el que delineaba ideológicamente las directrices de los partidos comunistas en el mundo. Esto se suma a la estrategia poco ortodoxa de la China Comunista para con el sistema económico (aceptación de la Economía de Mercado) lo que deja “solitaria” a la izquierda en sus fundamentos económicos y políticos. Eso se observa en el Partido Comunista en Chile que no posee nuevos lineamientos políticos para la nueva democracia, partido que sólo ha jugado un rol de apoyo hacia la Concertación en la dos últimas elecciones, debido sola y únicamente a su rechazo total a la derecha que aun presenta ciertos comportamientos de apoyo al sistema político heredado de la Dictadura de Pinochet y en el plano económico rechaza el sistema neoliberal sin plantear de forma clara y precisa un nuevo modelo a seguir. Por otro lado, la izquierda socialdemócrata, el Partido Socialista, el Partido por la Democracia y el Partido Radical, no han podido conjugar un lineamiento estratégico en conjunto para insertarse en la nueva concepción de Estado y Mercado que presenta el mundo Post-Guerra Fría, diferente a del Estado de Bienestar que era la base de la concepción socialdemócrata en el mundo y el único comportamiento que ha tenido es de apoyo al actual sistema, lo cual ha traído una merma de respaldo ciudadano tanto a nivel electoral como a nivel de las bases políticos de dichos partidos. Es decir la izquierda en sus dos ramas ha sido poco inteligente para insertarse y renovarse política e ideológicamente en el actual plano político.

La poca capacidad que ha tenido la Democracia Cristiana para levantar nuevos liderazgos se observa también en su poca capacidad de renovación ideológica. Desde que las ideas del Estado de Bienestar y el Humanismo Cristiano de a mitad del siglo XX no pudieron satisfacer los problemas sociales y políticos en el mundo, la Democracia Cristiana no ha tenido un planteamiento distinto al actual sistema. Su apoyo al actual sistema se observa claramente en el respaldo empresarial que posee el partido y la disminución sustancial de respaldo ciudadano a la hora de votar. Esto merma en la inclusión o entrada de nuevos líderes en el partido y provoca que sectores que se sienten poco escuchados o que no han podido llevar sus ideas al plano ideológico del partido se sientan frustradas y abandonen la tienda política, observando como los parlamentarios colorines que siguen al Senador Adolfo Zaldívar se alejen del partido. Esto de cierta manera también se observa en la derecha, en especial la Unión Demócrata Independiente (UDI), ya que los antiguos liderazgos proclives a la Dictadura no han dejado y no han querido que los nuevos personeros con ideas distintas y muchos más proclives a la democracia tengan el liderazgo en el partido. ¿Por qué estos personeros no han abandonado a la UDI, como si lo hicieron los colorines en la DC?, a mi juicio sólo porque no ha surgido un liderazgo fuerte y renovador en el partido que los aglutine a todos, aunque si bien el ex candidato presidencial Joaquín Lavin podría ser ese nuevo liderazgo en el partido.

Ahora por qué digo que esto demuestra una falla en la modernización política de los partidos, porque los partidos políticos no han querido responder a las nuevas demandas sociales, las cuales quieren soluciones eficientes, rápidas y claras, soluciones que en el ámbito de lo político no se han querido realizar. Esto deja a los partidos políticos sin satisfacer necesidades, sin representar a nadie y sin nuevos liderazgos. La falta de modernización política llevaría a que ciertos partidos no se reciclen, no tengan feedback o retroalimentación con sus bases ni con la sociedad, lo cual llevaría a agotarlos en líderes y en ideas, pensamientos, directrices políticas. ¿Cuál es la razón? A mi juicio sólo una: comodidad política, porque los partidos políticos poseen influencias en los centros de poder tanto a nivel político como económico, lo que hace que el actual escenario sea favorable a ellos y no quieran cambiar la actual situación.

¿Qué podría pasar? Sí el actual escenario no cambia, nuestra democracia poco a poco se estaría deslegitimando frente a la sociedad, lo que podría llevarnos a una crisis de sistema político, problema que se ha arreglado en el pasado con Golpes de Estado o estallido de revoluciones. Lo otro que podría ser es que el actual escenario lleve a que se forme un clivaje o caldo e cultivo para la creación de nuevos partidos políticos que comiencen una tarea de legitimación del sistema democrático a través de reformas políticas, económicas y sociales. ¿De que va a depender que suceda lo primero o lo segundo?: del nivel de legitimidad que posea el actual sistema democrático frente a la sociedad, es decir, sí en las próximas elecciones que se hagan en nuestro país el nivel de abstención electoral siga aumentando, las probabilidades que el sistema se deslegitime o siga deslegitimando son alta y por ende, quizás de aquí a unos 30 años más tendremos un golpe de Estado o la emergencia de un Mesías político, populista, al modo de Chávez.

Carlos Salazar Godoy.
Cientista Político.

HISTORIA SIN FIN

Las esperanzas de paz en Colombia recibieron varios golpes contundentes la semana pasada, por un lado el ELN le suspendió la vocería pública a Francisco Galán[1], luego de que este se reuniera con el Presidente Uribe y manifestara públicamente su renuncia a la lucha armada (no al ELN) y su compromiso en la búsqueda de la paz. De este hecho se pueden extraer dos ideas, la primera que ELN no concibe la renuncia a la violencia en el corto y mediano plazo y la otra es que los acercamientos con esta organización se verán dificultados ya que Galán ejerció su vocería primero desde la cárcel y luego desde la casa de paz, en ambos lugares podía reunirse con representantes de la sociedad civil y el gobierno, cosa que se le dificultará en extremo a quien lo reemplace en esta labor, ya que la ejercerá desde la clandestinidad. Igualmente las FARC-EP se manifestaron con respecto al proceso de liberación de secuestrados, suspendiendo toda liberación unilateral[2], condicionando próximas liberaciones al despeje de los Municipios de Pradera y Florida y a la liberación de sus militantes presos, incluyendo a Sonia y Simón Trinidad (extraditados a los Estados Unidos), es decir todo quedó igual que hace dos años.

Por el lado del gobierno la situación no es distinta, ya que el Comisionado de Paz manifestó que bajo este gobierno no se despejarán los Municipios antes citados y se continuará adelante con la idea de los “cercos humanitarios”. Lastimosamente si se tienen en cuenta los principios básicos de cualquier negociación, vemos que las partes enfrentadas en una guerra, llegan a un acuerdo solo cuando esta pierde su atractivo, es decir cuando las expectativas de ganancias a través de la negociación son mas fuertes que las expectativas de ganancia a través de la confrontación. Y estas expectativas están directamente relacionadas con la fuerza militar. Lo que se puede apreciar en Colombia es que ninguno de los actores armados se siente débil militarmente, por lo cual un acuerdo de paz en este periodo es casi ilusorio, de ahí que la violencia en Colombia siga siendo una historia sin fin.
P.S ¿Por qué el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (una organización multilateral) tuvo que rendir cuentas de su actuación frente al conflicto Colombo-ecuatoriano, al Comité de Asuntos Occidentales del Congreso de los Estados Unidos, el día 10 de abril?

Luis Fernando Trejos Rosero.
[1]http://www.patrialibre.org
[2]http://www.abpnoticias.com/index.php?option=com_content&task=view&id=166&Itemid=1

viernes, 11 de abril de 2008

Política Exterior de Bolivia

-Primera parte de entrevista a Don Roberto E. Finot Pabón, ex-Cónsul General de Bolivia en Chile-

Principales constantes o ejes centrales de la política exterior boliviana:

1. Integración Regional.

En lo que se refiere a la política exterior boliviana, como toda política exterior de todo país, lo que podemos ver son constantes, son constantes esenciales, y dentro de esas constantes la principal es la participación de Bolivia en el proceso de integración de América latina. La política de integración en Bolivia ha sido y se ha mantenido siempre como una constante de su política exterior. Bolivia fue parte constitutiva del proceso andino de integración que se inició el año 1969. Bolivia ha mantenido sus relaciones, su participación con ese esquema de integración desde su constitución hasta la fecha, invariablemente. Del mismo modo Bolivia participó en la suscripción del tratado de la cuenca del Plata, que es otro esquema de integración que nace también el año 69, en el marco del proceso de institucionalización de las políticas de integración que se inicia en la década del 60 y que busca, desde diferentes ámbitos – principalmente el comercial y el económico- la complementación y el desarrollo conjunto de determinadas regiones.

Bolivia es un país que gravita simultáneamente al menos en tres áreas geográficas esenciales, gravita hacia la cuenca endorreica del pacífico, la cuenca del Plata, en toda la región del Plata, y la cuenca amazónica. En lo que se refiere a este último espacio geográfico, Bolivia es participe de todos los proyectos y programas de desarrollo conjunto de la amazonía a través del tratado de cooperación amazónico.

Bolivia formó parte desde mediados de los años 60`s de la ALALC, esquema de integración comercial que luego sería sustituido, en el año 1980, por la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) que tenía una dimensión un poco más amplia en cuanto a sus objetivos. Lo que con esto se quiere remarcar es la participación de Bolivia en todos los esquemas y todos los procesos y acuerdos de integración que se conforman y se constituyen en la región. En este mismo sentido podemos decir que Bolivia es parte del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) desde su constitución, de la OEA desde su constitución, que acompañó el proceso de lo que en un inicio se llamó “la iniciativa Bush para las américas” (junio de 1990) y que desde el 94 se pretendía constituir como el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Todos estos procesos o esquemas de integración van teniendo una evolución particular de realizaciones, de avances y retrocesos y Bolivia lo que hace es acompañar esta evolución. En lo que se refiere específicamente al ALCA podemos decir que el proceso no prosperó, si bien tuvo un cierto dinamismo en las mesas de negociación, fundamentalmente durante la década del 90, hoy en día ya no se puede hablar más del ALCA, quedó en un enunciado, en un propósito que finalmente no se concretó.

A partir del tratado de la cuenca del Plata, que es un esquema de integración subregional compuesto por los países integrantes de la cuenca del Plata -que sigue en vigencia con todos sus mecanismos- se impulsó la creación del MERCOSUR. Si bien hubo una limitación inscrita expresamente en el tratado constitutivo del MERCOSUR que excluía la participación en ese esquema particular de integración a países que tuvieran comprometida su presencia en otros esquemas sub-regionales, Bolivia mantuvo su posición en función de ser también parte de ese proyecto de integración subregional, y desde el año 1996 forma parte del MERCOSUR.

Entonces claramente vemos que la constante en la política exterior de Bolivia es su participación en absolutamente todos los esquemas de integración que se constituyen en la región. Es así como desde la conformación misma de ALBA Bolivia es parte de esta iniciativa. En este sentido es importante resaltar el papel de Bolivia como promotor del Tratado de Comercio de los Pueblos –programa comercial de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA)-.

Este esfuerzo incesante por articular y formar parte de los diversos esquemas de integración es, en cierto modo, consecuencia de la ubicación geográfica de Bolivia y de su proyección simultanea hacia los diferentes ámbitos de la región. Es por esto mismo que otra línea constante de la política exterior boliviana es aquella que tiene relación con la comunicación e interacción bilateral con los países vecinos. Recordemos que Bolivia tiene extensas fronteras con 5 países, la más extensa de ellas con Brasil –que es al mismo tiempo la más extensa frontera de Brasil con un país de la región-, por lo que la relación con Brasil es de mucha relevancia. Tanto con Brasil como con Argentina se tienen acuerdos que generan un impacto que trasciende al área fronteriza de influencia, un impacto más bien a nivel nacional. Con Perú, por otro lado, son muy importantes los acuerdos que buscan potenciar las áreas de desarrollo conjunto en toda la zona de la cuenca endorreica, principalmente aquellos acuerdos que buscan potenciar la explotación de los recursos del acuífero del lago Titicaca, zona -esta última- muy extensa que comprende gran parte de la sierra del Perú y las tierras altas de Bolivia. En lo que se refiere a la relación con Chile, la constante es la política de reintegración marítima, que busca la recuperación -para Bolivia- del acceso soberano al océano pacífico, para lo cual se mantiene una relación de carácter bilateral. De esto hablaremos un poco más adelante.

2. Multilateralismo y cooperación.

A grandes rasgos podemos decir que uno de los pilares de la política exterior de Bolivia es el multilateralismo, tanto a nivel regional hemisférico como a nivel de los foros internacionales, esencialmente los que están dentro del ámbito de las Naciones Unidas. Dentro de sus prioridades también está, en el plano bilateral, no sólo la relación con los países vecinos, sino también la relación con Estados Unidos y la relación con los países de mayor desarrollo del planeta –vale decir con los principales países de Europa y Asia-, con los que se tiene principalmente una relación de cooperación.

3. Defensa de los cultivos originarios.

Otro eje central entorno al cual giran las políticas de Bolivia es el de la defensa de los cultivos originarios que existen en el país, principalmente en lo que se refiere al cultivo de la coca, que tiene una gran importancia porque es parte de la tradición milenaria de las culturas y de las diferentes etnias y diversas identidades que cohabitan y constituyen la Nación. Proteger esta herencia ancestral es parte fundamental de las políticas del gobierno boliviano.

Particularidades y nuevos enfoques:

1) Integración Regional.

El gobierno del presidente Evo Morales Ayma ha dado un nuevo énfasis a todo lo que a políticas de integración se refiere. Se reafirma la vocación de integración con la región, manteniendo la ya tradicional participación en los diversos esquemas y foros regionales y sub-regionales, pero buscando una profundización mayor, que trascienda el ámbito o el sesgo comercial que se le dio, particularmente en los últimos veinte años, a los esquemas de integración. Lo que se busca es la superación de este énfasis esencialmente comercial para alcanzar una mayor dimensión de la integración, donde se vean involucrados también aspectos como la cooperación energética por ejemplo, aspectos políticos y culturales, todo lo referente a flujos migratorios, etc. Principalmente lo que se quiere es crear nexos más profundos de cooperación basados ya no en una encarnizada lucha comercial -que por casi dos siglos benefició sólo a una pequeña parte de la población ligada a las aristocracias nacionales-, sino más bien basados en los valores del respeto y la solidaridad, que permitan y faciliten el desarrollo conjunto de nuestros pueblos.

2) Política del diálogo.

Otro punto fundamental es el de la reafirmación y la profundización de la política del diálogo, es decir la priorización de los foros tanto bilaterales como multilaterales como espacios para dialogar y concertar acuerdos. Se pone mucho énfasis en esa disposición, en parte porque la tradición cultural de los pueblos originarios en Bolivia es de diálogo es de concertación, y eso repercute tanto a nivel de la política local como a nivel internacional. Esto se traduce en la recuperación por parte del Estado de la tuición en el manejo y el control de sus recursos naturales y también en la mayor participación del Estado como ente regulador que fija y establece normas que permiten generar cierto equilibrio entre el interés nacional y el interés extranjero, el interés del capital trasnacional. Es decir, mediante el diálogo se logró modificar esa relación que permitía al capital trasnacional tener claras ventajas comparativas que perjudicaban los intereses de la Nación. Las nuevas reglas de juego que se impulsaron desde el gobierno y finalmente se concertaron entre las partes, permiten hoy al Estado reasumir su rol como garante de la equidad entre los intereses del capital trasnacional y los intereses de la Nación toda, sin por esto excluir o cerrar las puertas al capital extranjero, más bien se pretende potenciar, reafirmar la participación de los grupos económicos trasnacionales pero siempre que se asegure la condición de equidad entre las partes, que signifique que los beneficios sean justamente repartidos y que esto posibilite o facilite el transito hacia un mayor desarrollo de los pueblos. Muestra interesante de esta política del diálogo es el hecho de que la nacionalización de los hidrocarburos se ha dado sin confiscación, no ha habido una política de confiscación, más bien es una política de participación, pero una participación equitativa y equilibrada, donde el interés nacional está debidamente contemplado e inscrito.

3) Mediterraneidad de Bolivia.

En cuanto a la relación con Chile, específicamente en lo que se refiere al tema marítimo, se puede decir que la constante ha sido la disposición al diálogo y la búsqueda del diálogo –por parte de Bolivia- entre los dos países. Es decir, el tema de la mediterraneidad de Bolivia es un tema que tiene que resolverse, indudablemente, con Chile. De ahí que en su esencia este sea un tema básicamente bilateral. Ahora bien, estos últimos años, desde que asume la presidenta Bachelet y el presidente Morales, vivimos una experiencia que no habíamos tenido en bastante tiempo, que tiene relación con la mutua disposición a dialogar sin excluir los temas sustantivos de interés para ambos países. A partir del año 2000 Chile muestra una disposición al diálogo que permite poco a poco, aunque con algunos altibajos, circunscribir este asunto al ámbito bilateral, ya que tanto en algunas ocasiones previas como posteriores a esta fecha, Bolivia tuvo que presentar el problema en diversos foros e instancias internacionales con la clara intención de inducir al diálogo frontal y transparente entre las dos partes.

Daniel Bello.